ú n i c o

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Jeon Jungkook no es una persona que pida favores a sus vecinos, especialmente teniendo en cuenta el hecho de que era un chico bastante introvertido y nunca había hablado con ellos. Tal vez había pasado junto a los de la 125, dándoles un asentimiento incómodamente breve y silencioso antes de retirarse.

Incómodamente breve y silencioso ya que, las paredes del edificio de su apartamento eran bastante (no, extremadamente diría) delgadas y los vecinos de 125 eran increíblemente ruidosos y despreocupados respecto a quienes podrían oír los obscenos gemidos...

gemidos que estaba escuchando en este momento.

A medida que continuaba escribiendo se dio cuenta que necesitaba o salir de su apartamento o dejar hasta ahí su trabajo, cosa que realmente no era una opción ahora. Hacía demasiado frío como para sentarse afuera y la cafetería más cercana estaba a unos quince minutos pero eso solo si iba en auto, algo a lo que Jungkook no estaba dispuesto a hacer ya que era bastante tarde. Además, pensándolo bien solo le quedaban unos siete párrafos.

El vecino de su derecha, el del apartamento 123, era considerablemente más tranquilo y silencioso. El azabache consideró golpear la puerta del chico a su lado y pedirle refugio para poder continuar con sus escritos, eso solo en un extremo caso de que los de la 125 no se callaran.

Y efectivamente, el ruido no cesó.

Así es como el azabache, con su laptop en mano, se encontró golpeando la puerta de madera con el 123 grabada en ella. No había tenido oportunidad para encontrarse con el vecino de al lado, solo sabía que era un chico más o menos de su edad, y a pesar de todo levantó tímidamente su puño y golpeo la puerta.

"Ya voy, en un segundo", se escuchó una voz gruesa del otro lado seguido de unos pasos rápidos, la puerta fue abierta por un joven castaño de hebras onduladas. Jungkook quedó increíblemente impresionado por el hombre que tenía frente a el, era tan solo unos milímetros más bajo que el azabache, llevaba una camisa que al parecer de Jungkook era unas dos o tres tallas más grandes que el y tenía sus ojos entrecerrados como si acabara de despertar.

"Lamento molestarlo", dijo Jungkook mientras se inclinaba un poco, "mis vecinos de la 125 son muy ruidosos y..."

"¿Y...? ¿Qué pasa con eso?", preguntó el castaño, esperando el contexto del chico ante el.

"Vine a preguntar si me permitirías terminar mi proyecto en tu apartamento, solo serán unos minutos", Jungkook señalo su laptop mientras que el contrario lo miraba de arriba a abajo.

"¿Vives a mi lado?", Jungkook asintió, "nunca te había visto antes". El azabache buscó a tientas en su bolsillo para mostrarle las llaves junto con un colgante en el cual se veía el "124" de su apartamento. "Ah, ya veo...pasa pasa", el castaño se movió dejando pasar a Jungkook con su portátil.

Para el azabache era extraño estar el apartamento de otra persona cuando el diseño básico era el mismo, donde Jungkook tenía una mesa de café el castaño tenía un estante y un sofá y donde Jungkook dejaría sus zapatos el castaño tenía colgadas sus chaquetas.

"Gracias", dijo el azabache, quitándose los zapatos y colocándolos donde estaban los del contrario.

"No es un problema, supongo", dijo el castaño, "entiendo lo que es tener vecinos ruidosos". El castaño lo miró, y Jungkook entró en pánico al pensar en que su vecino se refería a el. "Puedo escuchar a los idiotas del 125 desde acá, a veces creo que exageran", cuando el castaño dijo esto ambos chicos oyeron un gemido ahogado casi inaudible ya que fue amortiguado por la distancia, "¿Ves?, a esto me refiero, en fin...eres libre de hacer tu trabajo donde quieras", Jungkook asintió a las palabras del contrario.

123 [kth + jjk] listoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora