Efímero

4- Oportunidades

Espero ser para ti como la luz es para la oscuridad; esa claridad que buscas, buscas y no encuentras; la oportunidad de volver a empezar, espero resaltar entre los infortunios que da la existencia misma. Perdóname por no ser tu luz.

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Pensó que quizá nunca amanecería. El tedioso tic tac del reloj en la habitación de su amigo lo mantenía alerta, notándose monótono y fastidioso, al mismo tiempo que parecía no marcar el avanzar del tiempo.

Sin embargo pese a cada circunstancia, siempre vendrá el amanecer, y con él vendrán infinidad de posibilidades acomodadas de manera intrigante por el curioso destino.

Luego de esa oscura eternidad, la claridad del día le señaló que pronto sería tiempo de levantarse.

Se removió para estirarse cuando creyó prudente despertar a Niall, sería un día ajetreado para ambos. En el fondo deseaba que esas oscuras nubes que opacaban los alegres rayos de sol significaran un día completo de lluvia, para posponer cualquier plan y excusarse de sus alergias, Niall no querría que su mejor amigo pescara un resfriado.

Quería sentarse junto a la ventana de la habitación y llorar acorde a como las gotas caían y golpeaban el cristal frente a él.

Aún no estaba listo, aún le faltaba un poco para sentir que había llorado lo suficiente. Sin embargo, el día tenía que continuar, y al aceptar que al parecer sólo sería un día nublado, se resignó y decidió comenzar a alistarse para salir.

—Vamos, ánimo. Sé que te irá bien. —Niall hablaba mientras Louis aparentaba estar completamente metido en sus pensamientos.

—Tengo la peor de las suertes, Niall. Ya no sé si ilusionarme.

Temprano por la mañana y sin haber logrado caer dormido la noche anterior, Louis actuaba indispuesto ante cualquier actividad que implicará algo diferente a llorar acostado en la cama.

—Cierra la boca y por primera vez confía en ti. Necesitas el trabajo y lo tendrás —dijo Niall, sacudiendo al ojiazúl por los hombros.

Apreciaba eso, que incluso cuando intentaba mostrar rechazo, Niall nunca se rendía con tal de impulsarlo hacia adelante, sin importar qué tan cansado, aburrido o enojado pudiese estar, Niall siempre comprendería lo que necesitaba. Ya sólo era cuestión de tiempo para que Louis poco a poco hiciera un algo de caso, y comenzara a mirar hacia adelante por él mismo.

—Creo que eso de confiar no va conmigo.

—¿Qué te pasa? Parece que te estuvieras dando por vencido ante la vida.

Se sintió como una acusación, pero el chico tenía razón.

¿Y si tal vez era eso lo que debería hacer? Desde siempre se había sentido un completo inservible. Se percibía a sí mismo como un cero a la izquierda, y que nadie nunca lo colocaría a él como prioridad. Nunca se había considerado alguien importante ni alguien por quien valiera la pena gastar el tiempo. Si fuera por él, ya se habría vencido desde hace tiempo, dejando que la vida corriera mientras él permanecía acostado llorando en su cama. Sin comer, sin dormir, sin hablar. Sólo esperando que todo acabara.

Es decir, sentía su vida correr de manera tan robótica.

Creía que cualquier otra persona lo lograría, pero él no. Porque su suerte siempre había sido de las peores.