Ninfómana

Introducción.

Desde que descubrí el mundo del morbo mi vida fue diferente. Mi primera vez no fue la mejor de todas pero las que vinieron después la dejaron en el olvido. El sexo era mi adicción y lo único de lo que vivía. Mi cuerpo era un templo y no me importaba que una buena cantidad lo conociera, obviamente no cualquiera tenía ese privilegio pero buscaba disfrutar mucho de esos momentos. Y es que al sentir primero esas miradas... La mirada de un chico que te mira con deseo y lujuria, esa mirada que me enciende y me hace cometer mil y un cosas. Luego sabes lo que viene, el chico se te acerca, hablan o simplemente comienza a besarte. Es ahí cuando comienza el juego. Uno donde yo soy la que pone las reglas. Las manos de alguien sobre tu cuerpo sintiéndote, dándote placer, me encanta que toquen mis pechos y que hagan todo lo que quieran con ellos. Me encanta cuándo lo chupan, muerden y saborean. Amaba tener el control y ser la dueña de todos sus orgasmos, amaba tener una polla entre mis manos y sentir el sabor de su semen en mi boca. Y es que el sexo es mas allá de palabras sucias y penetración, el sexo es un arte en el que cada día puedes experimentar algo nuevo, nuevas maneras inimaginables de sentir placer. El estar arriba de un chico montando cual vaquera y sentir lo dura que esta su polla y ser causa de su excitación...Oh joder, me enciende tanto.