Capitulo 1. Inicios en la Academia Dystopia.

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El comienzo de la Semana de Iniciación en la Academia marcaba el inicio de una emocionante etapa en la vida de estudiantes procedentes de todos los rincones del mundo. Cada uno de ellos aspiraba a pasar tres fascinantes años en esta prestigiosa institución, que ofrecía la oportunidad única de acceder automáticamente a las finales de ingreso de las órdenes y gremios de todo el mundo. Estas organizaciones tenían la encomienda de proteger, cuidar y, en ocasiones, luchar en nombre de los reinos en los que operaban.

Un joven de cabello oscuro llegó a la ciudad, sus redondas gafas le permitían observar a sus futuros compañeros con curiosidad. Este era un momento crucial para él, ya que, a pesar de la desaprobación que sabía que su padre sentiría, estaba destinado a ocupar el trono en unos años. Antes de asumir esa pesada responsabilidad, ansiaba explorar el mundo y conocer a otras personas.

Mientras hojeaba sus documentos con gran entusiasmo, decidió hacer una pausa para tomar algo. Esta idea resultó ser acertada, ya que avistó a una hermosa joven que estaba sola, con dos baúles en el suelo y un pequeño perro blanco bebiendo agua de un plato. El perro tenía alas en la espalda, lo que lo hacía una criatura inusual. Se acercó con la intención de acariciarlo, pero su mano fue capturada firmemente por la chica.

Cuando alzó la vista, se encontró con una mirada intensa en los ojos de la joven. —Lo... lo siento —dijo con titubeo, evitando movimientos bruscos, preocupado por ofenderla. —Es una criatura singular que tienes ahí —comentó, tratando de romper el hielo, señalando al amigable perrito que buscaba caricias en la cabeza.

—¿Ruddy? —preguntó la chica sorprendida, aparentemente esperando que aquí todo fuera más convencional que en otros lugares. —Oh, perdona, pensé que querías hacerle daño...

—No, nunca dañaría a una criatura —interrumpió nerviosamente—, y mucho menos a una tan adorable —agregó, tomando asiento y sintiéndose bienvenido por la sonrisa que le dedicaba la chica.

Observó que ella estaba bebiendo licor a pesar de ser mediodía. Sus ojos se posaron en su cabello cobrizo y largo, su piel clara y sus hermosos ojos plateados. —¿Asistirás a la Academia? —intentó iniciar una conversación.

—Sí —respondió la chica dando un gran trago a su bebida—. ¿Y tú?

—Sí, también lo haré. Ambos somos de primer ingreso, así que es posible que compartamos el mismo salón —añadió, notando que ella no parecía muy dispuesta a conversar.

La chica parecía impaciente. —Mira, chico, solo he venido a Dystopia por una razón —lo interrumpió repentinamente, pagando por el licor con monedas de plata y cobre—. No he venido a hacer amigos, así que... no pierdas tu tiempo. Ha sido un placer conocerte.

Se despidió tomando sus baúles en mano, pero cuando estaba a punto de irse, un hombre ebrio la agarró del trasero. El joven estaba a punto de intervenir cuando ella golpeó al desconocido en la cabeza con uno de sus baúles. Luego, empujó al hombre con el otro baúl y le dio una patada, haciéndolo tambalear hasta el otro extremo del bar.

El joven observó sorprendido la ferocidad de la chica. Estaba seguro de que ella pertenecía a uno de los antiguos clanes de los reinos templarios, guerreros por excelencia. —¡Accio maleta! —exclamó ella, sacando una varita para atraer su baúl. ¡Era una bruja!

Se sorprendió aún más al verla arreglándose el cabello con calma. —Aprende a respetar a las mujeres —comentó con orgullo mientras se dirigía hacia la salida.

—¿A dónde crees que vas, preciosa? —le preguntó un hombre corpulento, bloqueando la entrada. La mayoría de los clientes del bar se levantaron, incluyendo el joven con quien había compartido un trago, dispuestos a defenderla de la banda de mercenarios.

Aventuras en dystopia. [Serie Dystopia #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora