La música era impresionante, yo no estaba aburrido, era una fiesta genial, ¿Cómo iba a ser una fiesta aburrida, si era la fiesta de Richard? el chavo con los padres más forrados de toda la escuela, en su fiesta no faltó absolutamente nada; había piscina, barra con los mejores y más caros tragos y licores y por su puesto, exclusivos alumnos, los más adinerados, populares y guapos. Por alguna razón me había invitado y yo me sentía muy afortunado, porque asistir a una fiesta de Ricky no era cosa simple.
Había personas sobre la mesa de ping pong, unos jugando beer pong, otros intentando nadar, se oían los gritos de as personas en karaoke, es increible la verguenza que uno puede llegar a perder con alcohol en el sistema.
Yo me comencé a sentir mareado a las pocas horas de llegar, los tragos caros son muy buenos. Me fui a mi casa, sinceramente si hubiera estado en mis cinco sentidos, me hubiera dado miedo regresar a casa solo, pues cuando salí estaba aún consiente como para decidir no conducir ebrio, pero ahora me estaba arrepintiendo, era un recorrido largo, un camino obscuro y no transitado. Yo solo trataba de disimular lo mareado para no darle más ventaja a los delincuentes, si me veía gracioso ebrio me veía aún más intentando disimularlo.
Lo tenía todo, tenía dos amorosos padres con los que podía contar para casi todo, era de buen nivel económico y social, tenía muchos amigos o eso creo yo, sin embargo, sentía que algo le faltaba a mi vida, sentía que no estaba completa, que había un hueco, que faltaba algo, alguien.
Al llegar a mi casa note que mis padres ya estaban durmiendo, la casa estaba completamente oscura a excepción del balcón que salía de la habitación de mi mamá por lo que deduje que ya estaban durmiendo y por lo que intente subir las escaleras a mi cuarto con el mayor silencio posible así que intentaba caminar con las puntas de los pies para lograrlo, muy mareado y con demasiadas ganar de vomitar logre llegar a mi habitación y fue un milagro que no vomitara sobre mi cama eso hubiera aumentado la tensión del momento. Me cambie y me metí a la cama, aunque me sentía muy sudoroso no me bañe por preocupación de caerme en el baño, así que intente dormir.
Cuando desperté al día siguiente me sentía con un dolor de cabeza insoportable y sentía que se me salía todo lo que había comido durante la semana, pero aun así decidí ir a la escuela, así que me levanté me metí a la ducha y aunque yo sentía que llevaba aun los ojos cerrados logre abrir la regadera. Cuando termine de bañarme me sentía mucho mejor que cuando recién me levante así que me vestí para irme a mis clases.
- ¡Dany, date prisa, llegaras tarde- decía mi madre a gritos.
- ¡Ya voy, ya voy! -. Inmediatamente tome mi mochila y baje a saltos las escaleras.
Al llegar a la escuela salude a Ricky
- ¡Pareces muerto, te vez súper mal, eso quiere decir que estuvo buena la fiesta! ¿no? – me preguntaba a una velocidad increíble.
Le conteste – Si estuvo muy buena, demasiado buena para mí-.
-Oye te veo en el entrenamiento, ¿si vas a ir? ¿verdad? –
-No lo sé, la cabeza me está matando- Aun sentía que me iba a caer en todo momento.
-Jajá, si muy gracioso te veo después- Se fue corriendo mientras yo por dentro celebraba que me dejara solo.
Aun no acabo de entender como soporte un día en la escuela en ese estado, se sentía horrible, no podía ni caminar sin que sintiera que me caía o que en ese mismo instante vomitaba. Era insoportable. La luz minima me encandilaba aun con mis lente de sol puestos.
- ¿Ahora a ti que te sucedió? - era Lía me preguntaba mientras me acomodaba el pelo.
- ¿Te atropellaron? Te vez fatal Daniel – Era Leonardo, aunque sabía que era realidad lo que decía, no me gustaba que me recordaran cada 5 minutos lo mal que me veía.