Rompiendo Barreras [Matsuno Chifuyu]

CAP 32

Esa tarde le pregunté si la podía acompañar a su casa, por el mero hecho de querer pasar más tiempo con ella, cada día que pasa siento que me queda menos, aunque el tiempo que ella vaya a estar aquí sea incierto.

-Claro, puedes acompañarme- dijo ella.

Fue un camino silencioso, al menos el primer tramo, mas no incómodo. Luego decidí hablar.

-¿En que piensas?-

-Mh? Oh en nada- se percató de mi mirada dudosa así que continuó hablando -En serio, solo miraba al frente- Sonó convencida, lo suficiente para convencerme a mi.

-Lo siento si estoy siendo muy pesado al acompañarte, tal vez querías estar sola. Yo solo quería pasar más tiempo contigo, cuando faltas varios dias yo... te extraño- Volteé mi rostro al lado contrario de donde ella estaba.

-He estado pensando en cosas estos dias, y no quiero deprimirte con mis pensamientos- se limitó ella a decir.

-No digas eso, siempre estoy para escucharte- Me atreví a tomar su mano, estaba fría. Ella me sonrió y entrelazó nuestros dedos. El resto del camino fue en silencio, pero un silencio diferente al de la primera mitad del recorrido, este era un silencio calido, seguro.

Al llegar a su casa T/n se detuvo en la puerta.

-¿Quieres pasar?-

Me sorprendí ante la pregunta y mi expresión lo demostraba. Sin dudarlo acepte.

Su casa es linda, suficiente para una sola persona. Me sentí slgo nervioso, su olor estaba en todas partes. Es mi primera vez aquí, se siente tan acogedor y tan solitario al mismo tiempo.

En solo unos minutos T/n me había traído una taza de te. Sirivendose una también. La bebimos en silencio como si estuvieramos agotados. Mi mirada saltaba de una pared a otra, revisando mis alrededores con intriga.

-Ven conmigo- dijo ella pasados unos minutos y me obligó a seguirla.

Subimos unas escaleras y cruzamos una puerta.

-Ah por cierto, este es mi cuarto- dijo tranquilamente. Pero yo estaba todo menos tranquilo. ¡Estaba en el cuarto de T/n! Pero ella no se detuvo allí, siguió caminando hasta el final de la habitación, salio al balcón que se encontraba allí y se subió a los barandales de esta.

-¡T/n que haces!- dije por reflejo y me apresuré en llegar hasta ella.

-Tranquilo solo sigueme- ella rió ante mi torpeza y en dos segundos había trepado al techo. Se vio facil debido a las dimensiones pequeñas de la casa. Le seguí el paso.

Nos sentamos en el borde del techo. Aqui la brisa es mas fresca.

-Me preocupé por un segundo- dije a lo bajo.

-¿Creiste que saltaría? No te traería para que presenciaras mi suicidio. Además, no planeo morir-

Los latidos de mi corazón volvieron a equilibrarse.

Mi necesidad de preguntarle "en que piensas" cada vez que la veo tan callada se hace presente. La observo durante un rato mientras ella mira atentamente las casas de en frente como si fueran lo mas interesante del mundo, y pude notar que lleva un tiempo con esa mirada, esa mirada nostálgica. No pierde su brillo, si no que se luce mas.

Me gustaría saber en que piensa.

De pronto se dejó caer sobre mi hombro y me distrajo de mis pensamientos.

-Chifuyu.. dime que es lo que sabes de mi. Una vez dijiste que sabías mucho de mi. Quiero ver que sabes- Dijo sin dejar nunca de mirar las casas de en frente.

Como ella lo pidió comencé a nombrar datos irrelevantes sobre ella.

-Pues ese anime donde me viste no se equivoca, aunque no es todo lo que soy- dijo haciendo que su voz resonara en mi pecho, debido a su posición.

-¿Te confieso algo? Me gustas desde que te vi. Técnicamente me gusta mucho antes de eso pero no pude decirlo-

-Lo se-

-¿En serio? Eres un pervertido que sabe muchas cosas de mi... ¿crees que no lo sospeché?-

-¡No soy un pervertido!-

-Claro lo que tu digas.. pervertido- rio en voz baja y copié su acción.

Las estrellas se hacían presentes en el cielo naranja, dándole la bienvenida a una ventista mas fría, lo suficiente como para poner mi piel de gallina.

-Tienes frío- afirmó tocando mi brazo, ahora su mano estaba a temperatura ambiente, a diferencia de hoy temprano -Vamos adentro- levantó su rostro, quedando lo suficientemente cerca como para sentir su respiración.

Bajamos con cuidado para regresar a la casa, que ahora se veía mas oscura ya que ninguna luz estaba encendida.

-¿Te quedas a cenar?- preguntó ella como si ya supiera la respuesta. Asentí agradeciendo su invitación.

Me ofrecí a cocinar con ella pero se negó diciendo que no le gusta que haya mucha gente en la cocina.

En mi mente eso era extraño pero supongo que la dejaré cocinar en paz. Mientras yo puse la mesa.

El lugar era silencioso a pesar de que nuestras voces se mezclaban con del sonido de los cubiertos chocando con los platos.

Finalmente la noche la noche se hizo presente y llegó la hora de que me despidiera.

-Espera- dijo ella antes de que pusiera un pie fuera de la casa. Rapidamente acercó a darme un desprevenido beso en la mejilla. No pude hacer mas que sonreír mientras ella cerraba la puerta detras de mi.