Capítulo 11

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Con ojos críticos, Naruto observó el uniforme de la Academia Gotham que estaba llevando actualmente y que, por muy poco, mantenía su cuerpo cubierto en aquella fina tela molesta que apretaba su cuerpo en un intento poco objetivo de mantener sus músculos completamente bajo control. Incluso la ropa que llevaba en la Base quedaba muy ajustada a su cuerpo y eso que Dinah intentó encontrar una talla perfecta para su cuerpo musculado, sin llegar demasiado lejos, pues con solo un par de intentos ella se rindió. Por ello si Dinah no había logrado obtener una ropa que le fuera cómoda, dudaba mucho que la academia pudiera proporcionarle un uniforme que realmente le permitiera moverse con soltura mientras caminaba por los pasillos de aquella cárcel. Si, la academia era una cárcel para alguien como él. ¿Por qué Batman lo había tenido que enviar a aquel lugar con una beca para sus estudios? Bien podría haber estado con los demás en la secundaria cercana a la Base y no tener que moverse con los Tubo Z para poder asistir a un infierno por todo aquel año escolar. Y además tenía que hacerlo completamente solo.

El joven clon tiró de la correa de su mochila y la colocó bien sobre su espalda antes de comenzar a caminar hacia la entrada principal. Pronto sintió los ojos de los curiosos y oyó los murmullos de los adolescentes según pasaba con una hoja en su mano izquierda. Como alumno novato, tenía que acercarse al despacho del director para obtener su horario y que lo orientara para poder llegar a su clase, así como entregar todos los papeles restantes que completaban su identidad creada por Batman, en la que se reflejaba su nombre actual: Naruto Uzumaki o, como en su país de origen preferían, Uzumaki Naruto, con el apellido por delante del nombre.

Siguiendo la temática del nombre impuesto por Wally, Batman había generado la identidad de S-9 a parte del origen nipón del mismo nombre, dando al chico la identidad de un estudiante transferido del extranjero por el programa de estudios de la Fundación Wayne; mismo programa que él como Bruce Wayne había implementado para casos similares y que usó con el muchacho para hacer creíble su aparición en la academia y que estuviera ligado con los Wayne. Esto le permitía a el como Bruce Wayne, fungir como el tutor del chico en todo momento, desligando esa responsabilidad de cualquier otro miembro de la Liga, aunque probablemente Dinah y Oliver pronto tomarían el papel de padres adoptivos del chico de forma legal. Todos los papeles estaban ya entregados y siendo lentamente firmados.

Naruto detuvo sus pasos. Bajó la hoja y frunció ligeramente el rostro al intentar comprender aquel mapa. Frente a él había un enorme hall esperándolo completamente lleno de estudiantes de todos los cursos. Chicas con faldas por encima de las rodillas y suéteres rojos. Chicos con pantalones de vestir y jerséis del mismo color rojo. Con la enorme letra G en el pecho, aquella ropa a ojos del clon era el peor intento de representación de un uniforme que podía concebir. Incluso el cambio de camiseta que Conner usaba para mostrarse como Superboy, lo superaba ligeramente. Aunque jamás llegaría a entender como Conner y Superman eran olvidados cuando se convertían en sus versiones civiles; mismas versiones que no ocultaban sus rostros y que solo cambiaban sus personalidades frente al resto.

Los humanos eran, de cierta manera, demasiado olvidadizos. Naruto se dio cuenta ante los pensamientos volátiles de Wally, aunque el chico pensaba a una velocidad que pocos humanos normales podrían lograr. Descubrir como ideó una estrategia en ajedrez en su contra, era algo que no pensaba descubrir en poco tiempo. Solo le levantaría dolor de cabeza y no llegaría realmente a comprender al compañero de Flash en ningún momento, lo que sería una completa pérdida de tiempo por su lado. No era bueno entendiendo los pensamientos o emociones de nadie, y menos de alguien que pensaba en mil cosas en un segundo. Tal vez de ahí salía la hiperactividad de Wally, o eso era lo que Naruto pensaba al respecto de su compañero.

Pero con esa misma premisa, ¿era él un humano? No habló con nadie sobre sus sentimientos más allá de Dinah o Imra, quienes estaban actuando como sus terapeutas en todo momento. Su sangre era, principalmente, de Superman, con trazas de otros seres vivos que no necesariamente eran humanos. Lo descubrió cuando utilizó los poderes del Detective Marciano contra Amazo o cuando su fuerza estaba por encima de la de Conner, siendo un indicativo para él de que tenía ADN de otros héroes con super fuerza, siendo estas trazas las que lo empujaban en el combate y lo hacían mucho más fuerte y resistente. De ahí su rivalidad con Conner, quien no detenía su envidia y confusión que le dirigía con intensas miradas durante las prácticas constantes.

Naruto: El SuperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora