Más o menos al medio día entró Margarita a traerme la comida, que consistía en un elaborado plato de pollo y verduras. Y tan rápido como entró se fue.
Al principio me negué a probar un bocado de la comida que me habían traído, pero poco después las tripas comenzaron a rugir. Llevaba un día entero sin comer pero no había tenido hambre hasta ese momento. Estuve tan nerviosa y fuera de lugar que se me había olvidado por completo, además de que no tenía apetito. Al final, terminé comiendo todo el plato de comida que me habían preparado.
Y, sí, estaba todo para chuparse los dedos.
Ahora me encontraba sentada en la cama mirando desde allí a través de la ventana. Hoy, en comparación con ayer, no estaba nevando sino que el sol brillaba con toda su fuerza. Aún así no hacía calor, pero tampoco frío. Sospeché que el uniforme que llevaba puesto ayudaba de alguna manera a regular la temperatura corporal.
No mucho tiempo después la puerta se abrió y el desconocido 2 asomó la cabeza por ella.
- ¿Puedo pasar?
Un poco desconcertada y nerviosa, contesto a su pregunta.
- Ehh... sí.
Él entra a la habitación y hace un repaso a su alrededor con la mirada.
- Vaya. Me imaginaba ropa y muebles rotos tirados por el suelo.
- ¿Por qué? - Digo un tanto asombrada.
- No sé, a veces soy un poco dramático. - Dice él encogiéndose de hombros.
- ¿A qué has venido?
- Me presento, me llamo Brais y más o menos voy a ser algo así como tu sombra.
La segunda sorpresa del día: el desconocido 2 ya tiene nombre.
- ¿Y por qué ibas a ser mi sombra? Que yo recuerde ya tengo una. - Digo con mala cara.
Él sonríe divertido.
- Serás algo así como mi aprendiz, así que espero poder llevarnos bien.
- ¿Tú aprendiz de qué exactamente?
- Mi aprendiz de magia, por supuesto. - Brais se empieza a reír por el comentario que ha hecho, en cambio, yo sigo sentada en la cama y sin saber muy bien qué hacer. Al ver que no me río continúa hablando. - Na, era una broma. Aquí no lo llamamos así. Probablemente en tu antiguo mundo le pondrían la etiqueta de magia, pero no es así. Naces con este don, no es algo que puedas elegir. Nosotros solo aprendemos a desarrollar y controlar nuestras habilidades.
- Si a eso no lo llamáis magia, entonces, ¿cómo lo llamáis?
Brais levanta la mano y puedo ver como poco a poco la punta de sus dedos se iluminan. Lo mismo que hizo Kai cuando, de algún modo, me impidió hablar.
Temiendo a que me vuelvan a hacer lo mismo o peor me arrastro hacia atrás en la cama hasta dar con la pared.
- No hay nombre que pueda definirlo, para nosotros es natural, como respirar. - Baja la mano y se gira completamente hacia mi. - No te voy a hacer daño a menos que tú no me hagas daño a mí. Y yo creo que nos podemos llevar muy bien.
Dice con una sonrisa en el rostro.
- ¿Y si no quiero llevarme bien contigo? - Y lo digo de verdad, no quiero atar lazos en este extraño mundo.
¿Mundo? Se me hace raro decirlo.
- Lo harás todo más difícil tanto para ti como para mi. Vamos, no creo que sea tan malo.
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El mundo de Milhé
Fantasía¿Y si no estamos solos? ¿Y si hay un mundo oculto entre las sombras, el cual no somos capaces de ver? Dónde se encuentran seres fantásticos. Un lugar lleno de magia y guerras que luchar. Un lugar en el que todo es posible. Pero ten cuidado, porque u...