Extra 1.

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¿Y si hubiese un más allá?

Neverending Story

–Stray Kids

Jisung estaba en su rutina habitual, era de noche, estaba lloviendo y él debía quedarse por ahí, relativamente cerca de los bares por si algo surgía. Había cambiado turno con su compañero, Hyunjin, quien tendría una cita romántica con su novio para pedirle matrimonio. Rodó los ojos, un poco enfadado, no quería estar ahí, jamás pasaba nada.

Pero... ¿había dicho que no pasaba nada?

Una camioneta pasó de forma furiosa y rápida por su lado, esquivando vehículos, provocando muchos bocinazos y por fin chocó contra la jardinera del parque para niños que había a un lado. Esa cosa casi parecía una pared, porque era bastante alta por estas mismas situaciones. Mierda, ¿quién ponía un jardín de niños y un parque con juegos al lado de bares? Aunque, bueno, en la noche no solían haber niños.

Cuando salió de su espanto y giró a su izquierda, divisó el humo y a la gente acercándose, los autos estacionados en medio de la calle. Espabiló rápido y caminó casi corriendo hasta la camioneta.

La bolsa de aire estaba inflada, el chico tenía la cara hacia su derecha, así que no podía verlo. Pero sí podía ver que ese auto explotaría en cualquier momento, porque el humo era cada vez peor. Así que se apresuró y reventó la bolsa de aire con el cuchillo que tenía en la cinturilla, sin tiempo a esperar que se desinflara o lo que sea que hicieran. La apartó en cuanto pudo y rápido buscó quitarle el cinturón al joven.

Estaba atorado, por lo que, desesperado y ansioso decidió cortarlo. Que suerte que justo hoy traía esa cosa consigo, no sabía por qué, ya que no recordaba haberla traído, pero ahí estaba, así que la utilizó.

Alguien gritó cuando hubo una pequeña explosión cerca del motor. Se le estaba acabando el tiempo. Así que quitó las ataduras y sintió al chico balbucear algo.

–Hey, amigo, si me escuchas y quieres vivir, por favor pon de tu parte.

Lo tomó por las piernas y como pudo lo giró para que estas salieran del auto, el peli naranja se aferró a él y Jisung pudo sacarlo con un poco de facilidad al moverse hacía atrás. Claro que casi cae de rodillas porque el peso de él era mucho mayor al suyo. Sin embargo, pudo estabilizarse y acomodar al hombre mejor en él.

Se escuchó otra explosión y otra más. Un sujeto alto y de cabello castaño se acercó a él y lo ayudó a sostener al chico, así que se aseguraron de caminar rápido y coordinados para salir de allí rápido.

Entonces se escuchó la explosión más grande y los gritos de la gente. Jisung cayó al piso un poco aturdido por el sonido y recostó al peli naranja.

El castaño, que estaba medio agachado, con el peli naranja agarrado de su hombro, se soltó, dejándolo con cuidado en la acera y se disculpó y despidió para ir con un pelinegro, más bajo y musculoso que él, que lo observaba con impaciencia a un lado.

Han suspiró, dando las gracias en un murmullo y se las arregló para acomodar al chico sobre el piso, siendo cuidadoso de tener el suficiente agarre para no dejarlo caer. Una vez estaba recostado de espaldas, él se sentó con las piernas extendidas, en cualquier momento la gente se acercaría para preguntarle cosas y decirle otras más. A veces no sabía bien cómo ser policía, sobre todo en esas situaciones.

Se giró un momento, observando el cuerpo que tenía a su lado y se arrodilló, extendiendo la palma para indicarles que pararan a las personas que se acercaban.

–Por favor, llamen una ambulancia.

Se escuchó un murmullo colectivo y un "sí".

Ahora se centró bien en observar al chico; no parecía tener nada en el cuerpo, solo unos rasguños y un poco de sangre en uno de sus brazos. Subió hasta su rostro lentamente, parando y reparando en que no había visto su cara, así que se dispuso a acercarse, tomando su cabeza y recostándola en su regazo, volteando su rostro para mirarlo mejor y asegurarse de que no hubiese rasguños.

El peli naranja lo miró.

Sintió un escalofrío por toda su columna y este mismo picar en sus brazos y ponerle la piel de gallina. Esos ojos color café los conocía, le eran tan conocidos que le dolía, pero juraba jamás haber visto a ese chico antes.

Por otro lado, el peli naranja —un poco aturdido aún— se sentía en el cielo, como si flotara y lo estuviese mirando un ángel. No escuchaba nada más, todo el resto era borroso de tantas maneras y esos ojos oscuros y cachetes regordetes lo tenían confundido. Él lo conocía, podía jurarlo.

–Minho. Jisung.

Dijeron al unísono y ambos se sorprendieron. Pero al instante una calma agradable los inundó por completo y sonrieron, porque se conocían, porque se habían encontrado otra vez.

Porque esta vez Jisung había salvado a Minho.

Sé que sientes esto~ [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora