OPHELIA | Saiki Kusuo.

(04 - temporada dos)

KUSUO SAIKI
(capítulo editado)

- Oye, ayúdame en algo - exigió Yui.

- No.

- Ay, por favor - sonrió con burla - ¿me odias por salir con la chica que te gusta?

- Si.

- Sinceramente no esperaba que respondieras.

Comencé a caminar, me tomo del brazo con fuerza.

- Suéltame.

- Vamos, ayúdame. No te molestaré más, bichito.

Me solté, lo tome del brazo con fuerza. La suficiente como romperlo.

- Quita ese apodo de tu boca.

- Te alteras demasiado fácil si se trata de ella - se burló - ¿quién lo pensaría?

- Idiota - comencé a caminar una vez más.

- ¿Te has puesto a pensar en los daños colaterales?

- ¿Qué?

- Lo que sentirás si ella ya no te elige más, ¿no lo había pensado, verdad?

- Cállate.

- Se que se conocen desde niños, una historia tan conmovedora, la verdad - se recargo en la pared - yo sé tu secreto.

Camine con velocidad, lo tome de los hombros y lo estrelle en la pared.

- Tu no sabes nada.

Sonrió en grande.

- ¿Qué pasará cuando se entere de tus poderes?

- Lo tomara bien.

- No estoy tan seguro, ahora tiene un novio que odia todo ese tipo de cosas. No es difícil hacer que ella también las odie.

- Entonces no se lo diré.

- Tu no, yo si.

- No lo harás, amenos que quieras despertar y estar en el fondo del mar.

- Eso es, ahí es a dónde quería llegar. Saiki Kusuo, el que no se deja pisotear por nadie.

- Vete al demonio.

(...)

- ¿Dónde estabas? - pregunto Kaido, mirando hacia todos lados.

- ¿Que te ocurre?

- El idiota de Nendo invito a Ophelia a desayunar con nosotros - respondió Kuboyasu.

- ¿Qué tiene de malo? - pregunto Nendo.

- Saiki se puede sentir incómodo - le dijo Kuboyasu.

- ¿Estás incómodo? - me preguntó Kaido, solo negué - ¿lo vez?

- No me incómoda.

- Hola - escuché a mis espaldas, me gire con cuidado - ah, ¿tu eres Saiki, no?

Asentí, con una sonrisa se sentó al lado mío.

- ¿Cómo estás? - pregunto Kaido.

- Bien, ¿ustedes?

- Estamos bien, ¿te va gustando Japón? - pregunto Kuboyasu.

- Sip.

- ¿Te gustaría ir a cazar bichos conmigo? - pregunto Nendo.

- Ay, perdón pero no, los bichos me aterran.

- ¿De verdad? - pregunto Kaido - ¿desde cuándo?

- Desde que era pequeña, por accidente confundí uno con una roca y me persiguió por todo el jardín.