Capítulo 13. | Picada de Escorpión.

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Aaron.

Devuelta en Beverly Hills y nunca se había sentido tan bien llegar a casa. Habían sido unas merecidas vacaciones y creo que todos habíamos disfrutado y descansado como era debido, ahora era turno de volver a la realidad y al trabajo. Todos teníamos asuntos pendientes, y yo tenía uno bien enorme; encargarme de la dirección de una empresa. ¡Que locura! Lo cierto es que estaba bastante nervioso, no esperaba graduarme y tener tremenda responsabilidad al instante. Sin duda alguna estaba lo bastante emocionado y a la vez intrigado de todo lo que ocurrirá de ahora en adelante.

Dejo el equipaje en el suelo del living del departamento y observo a Leah que deja el suyo en medio del salón. Me quedo pegado a la puerta mirando sus movimientos. Sonrío como un pendejo enamorado al ver semejante mujer que me cargo. Es preciosa, y es toda mía. Se ha comprometido conmigo, me ha dicho que sí y yo soy un hombre con bastante suerte. Ella voltea a verme y frunce el ceño.

—¿Qué sucede?—Me pregunta bastante cansada.

El viaje de regreso a casa ha sido algo largo y Leah se encuentra con pocas energías. Camino hacia ella y la abrazo por la cintura en cuanto estoy a su lado. Ella rodea sus manos por mi cuello y yo beso dulcemente sus labios.

—Nada. Es que te miro y no me creo que me voy a casar contigo. Estoy muy contento, Chaparra. ¿Te ha gustado el anillo?

Ella me mira como estuviera haciendo una pregunta tonta.

—¡Es perfecto! No hagas preguntas tontas.

Suspiro encantado.

—Estás agotada por el viaje, vayamos a descansar. Mañana nos espera un día bastante entretenido.—Comento divertido.

Ella ríe y camina hacia la escalera para subir a la habitación.

—No puedo esperar para ver la cara del Señor Miller cuando tomes la dirección de la empresa.

Solté la risa junto con ella dándole una nalgada en cuanto subía los escalones. Me encantaban los momentos a solas que tenía con mi Chaparra, escuchar su risa tan natural me daba cien años de vida. Se empezó a quitar los zapatos y la ropa al momento de llegar a la habitación para ponerse más cómoda.

—¿Qué te parece Alexander y Hailey, ah? Ambos se ven bien contentos.—Comenté mientras me quitaba la ropa y quedaba en solo mis bóxers.

Ella volteó a verme desde la esquina de la cama.

—No es que me haya sorprendido totalmente. Todos sabíamos que ambos andaban en algún juego de sábanas.—Dice ella divertida.—Me alegro por ambos, solo espero que Alexander sepa hacer las cosas bien y no lo arruine al final.

Me acuesto en mi lado de la cama y tanteo su espacio para que se acerque a mí y se acurruque en mis brazos. Así lo hace y me escondo entre su cuello dándole pequeños besos que la hacen apretarse más contra mí.

—Yo veo a Alex bien centrado. Creo que ha encontrado a su Leah Jenner.

Ella levanta la cabeza volteándose a mirarme.

—¿A su Leah? ¿Qué tonterías dices, Aaron?

La miro seriamente.

—No son tonterías Chaparra. Está de más decir que Alexander buscaba una Leah para él. Y como no pudo tener a la real, necesitó buscarte en otra.

Su rostro se contrajo.

—Basta, Aaron. Eso no se escucha para nada bien. Hailey es extraordinaria y es única. Estoy completamente segura que Alexander sabe lo valiosa que es y se ha interesado en ella por sus cualidades y la increíble mujer que es, no porque me esté buscando en alguien más ni mucho menos.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora