Narrador omnisciente
17 de Noviembre del año 2021. Luego de la tan inesperada pandemia del Covid-19, las escuelas locales se preparan con dudas e incertidumbre para su viaje de fin de curso.
Ya terminadas la mayoría de las clases para los distintos distritos educativos, sus alumnos están cada vez más ansiosos por sus respectivos viajes de fin de curso; algo que obviamente también tiene preocupados a los padres de los alumnos en cuestión.
¿Las excursiones prometidas por las empresas serán realizadas tal y como se nos han planteado en las diversas reuniones con los representantes de las mismas?, ¿Se nos dará algún costo adicional durante el viaje?, ¿Qué pasaría si alguno de los chicos se contagia de Covid estando en Bariloche?, ¿Tenemos todos los documentos necesarios para que mi hijo/a viaje?
Todas esas eran preguntas que rondaban por las cabezas de los padres día y noche sin cesar. Realmente estaban estresados. Nadie los culpa, tuvieron que pagar todo a casi último
momento porque no había nada cien por ciento asegurado.Por otro lado, los más jóvenes tenían otro tipo de estrés debido al viaje de fin de curso. Que disfraces llevar, cuanta ropa, de invierno o verano, cuantas personas podemos ser en los cuartos y como nos dividimos, cuáles son los turnos que tocarán en los boliches y que días cual.
Todas estas cosas eran de suma importancia; al menos para las mujeres. Debían tener todo planeado para no vivir una catástrofe que derive en el rechazo social. Como lo puede ser llegar al boliche en cuestión con medio disfraz por haber llegado de la excursión a las 6 o 7 pm, no haberse llegado a bañar con tiempo, haber cenado a las apuradas y aún así no haberse podido preparar de forma apropiada y finalmente haber salido a bailar mal vestida o maquillada.
La pesadilla más grande de las mujeres en su viaje de egresados. ¿Los hombres pasarán por ese mismo nivel de estrés? No me gusta generalizar, pero no.
Ellos son más sencillos. Van con la corriente. La mayoría no tiene ni pensado llevar disfraces armados y planean vestirse con lo primero que vean en su valija.En fin, volviendo al presente. Faltaban dos días para que nuestros colegios protagonistas terminen las clases. El 19 de Noviembre terminarían la secundaria de forma definitiva. No más exámenes, no más levantarse temprano y no más profesores odiosos; al menos por cuatro meses más.
¿Por que terminan el 19 si muchas escuelas lo hicieron hoy? Porque para la desgracia de nuestros alumnos, sus colegios no se rigen por lo que hace la mayoría y eligen por sí mismos que hacer sobre la marcha.
No cambiaba mucho para ser sinceros. Hace dos semanas que los chicos no hacían nada y solo se cerraban notas. Sus últimas dos semanas se resumían en poner música a todo volumen, traer comida para comer en el salón y jugar diversos juegos con los profesores para matar en aburrimiento.
Todo era ideal para los alumnos de 5to año. Paz y armonía una vez en toda su secundaria. Estar todos juntos como curso y disfrutar de esas últimas dos semanas de secundario con la mejor de las energías y esperanzas.
Y además del viaje de egresados, otra cosa que los mantenía unidos era la fiesta de su último último día. Para los que no saben que es, es básicamente una fiesta entre los alumnos la noche antes de su último día de clases, para festejar que es el último día de secundaria para todos ellos.
En el curso de nuestra protagonista Sidney, sus compañeros de habían dividido en grupos para encargarse de que llevar a la fiesta para que salga todo perfecto y acorde a lo que ellos querían. Unos se encargaban de comprar las bebidas, otros de armar los juegos, y solo un par de organizar donde y cuando se haría la fiesta para convencer a los padres de que vayan todos y poder disfrutar en paz.
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En un solo viaje.
RomanceSidney Crafford es una chica de 18 años como cualquier otra, emocionada por su viaje de fin de curso luego de 5 años de secundario. Nate Simmons, un chico también de 18 años sin tantas expectativas por el susodicho viaje a realizar con sus compañer...