Colapso... [TODODEKU]

No dejaré que nadie le haga más daño

Antes de empezar quiero dar muchas gracias @Ainavi-Killer por la recomendaciones de música y a todos los que me han recomendado cosas o propuesto algunas para los capítulos, muchísimas gracias a todos por los comentarios y votos <3

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Aquella tarde se había encargado de decirle a Shouto que sus hermanos deseaban ir con él al hospital psiquiátrico para poder visitar a su querida madre, el bicolor abrió su único ojo con sorpresa y temor, cosa que noto fácilmente Aizawa.

— ¿Qué sucede chico? ¿No quieres ver a tu madre? — preguntó con suavidad cuando el chico bajo la mirada.

— N-no... Es que... — su voz acalló un tanto apenado — ¿E-es... C-correcto que me vea a-así...? — acarició los vendajes de sus brazos dando a entender a lo que se refería a Shota.

— Hey, es tu madre y tu le amas mucho, ella también te ama un montón, se preocupara como cualquier otra buena madre.

— Pero no quiero preocuparle más... No quiero que... — la voz del adolescente se hizo pequeña como si temiera a decir las cosas que tanto deseaba decir.

— Te acompañaré, ¿si? — el heterocromático alzo su vista preocupado — No te preocupes, estaré contigo al otro lado de la puerta en el caso de que pase algo... No te dejaré solo... 

El chico se sintió abochornado, las mejillas se le colorearon y miró para otra parte, su boca se abrió, mas nada salió de ella, quería decir algo, pero la voz no le salía, el azabache se dio cuenta de ello y le dio una mirada apañadora junto un ligero apretón en el hombro, el chico al sentir el gesto se animo a terminar lo que quería decir.

— M-muchas... gracias...

— De nada, niño...

No dejaré que nadie te haga daño...

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Al día siguiente, maestro y alumno se levantaron un poco temprano, el reloj marcaba las nueve y media, Aizawa estaba tostando el pan mientras fijaba su mirada en el heterocromático, este temblaba completamente mientras colocaba las cosas en la mesa, su cojera no había mejorado para nada, tampoco había empeorado y eso alegraba un poco al maestro, pensaba que por culpa de sus heridas tal vez nunca volvería a caminar normalmente, tal vez quedaría con problemas al caminar y eso le preocupaba mucho.

— Siéntate, ya esta listo — le dijo con su típico tono mientras colocaba las tostadas con mantequilla y las humeantes tazas de café.

El menor se sentó tímido en la silla, sujetándose fuertemente del respaldo para bajar lentamente y que las punzadas de dolor no recorrieran nuevamente toda su columna. El profesor le vio claramente hacer una mueca de dolor, mas no dijo nada directamente.

— ¿Te sientes bien, Shouto? ¿Estas preparado? — preguntó tratando de animarle un poco.

— S-sí... Un poco nervioso...

No dijeron nada más durante el resto del desayuno, comieron tranquilamente el pan y el café, algo que amaban mucho maestro y alumno. Tras haber acabado con la comida del momento, levantaron todo y se fueron al hospital psiquiátrico.

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El reloj marcaba las diez en punto, las manos del joven herido no podían parar de temblar, estaba al borde de un nuevo colapso mental, vería nuevamente a sus hermanos y madre, ¿cómo se tomarían todo? ¿Cómo le verían ahora que es prácticamente una momia humana? ¿Le verían como un fracaso? Miles de preguntas e ideas cruzaron por su cabeza, él no quería pensar en ello, él realmente no lo deseaba, pero por alguna razón caía nuevamente en ello, deseaba salir, porque antes él no tenía a nadie... Ahora tenía personas que le cuidaban mucho y él les amaba con cada pieza de su roto corazón... Él quería hacerlo por él... Y por ellos.