Prologo

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Una noche fría y nublosa de invierno la nieve cubre las sucias calles.

Los Agentes Especiales se dirigen al gran edificio "La Verdad" suben hasta la oficina de William Santino. En la oficina yace el cuerpo sin vida del periodista ¿La causa? un par de disparos en su pecho. Al lado un chico vestido de negro con una máscara del mismo color solo su cabello rubio es visible ante el manto de oscuridad que lo rodea. Bastó solo algunos segundos para que los Agentes vieran el revólver en su mano.

— !!! Alto hay¡¡¡— Gritaron los especialistas al momento de entrar en la oficina apuntando con sus armas.

— Tómenselo con calma, muchachos... Esto no es lo que parece — Dijo el chico al momento de esquivar algunas balas antes de escapar por la ventana.

Los agentes creen que el gobierno tiene razón y sería mejor apoyarlo. Varias semanas antes ninguno de nosotros sé imaginaria la avalancha de eventos que se avecinaban.

¿Mi nombre? poco importa. Pero sé lo diré de todas formas, mi nombre es Matteo Franttini y soy otro de los desgraciados que bagan por las calles de esta ciudad.

Santino me dijo: "Tráeme fotos Franttini. Vamos a mostrarle a los lectores lo que realmente está pasando. Los desamparados, los vagabundos, la discriminación hacia esos que no son iguales, la muerte y el hambre. Has que todo eso se sienta en las imágenes".

Mientras visitaba aquellos barrios una voz capto mi atención. No por su tono sino por lo que proclamaba. Buscaba que las personas abrieran los ojos y se alzaran contra la tiranía de aquellos que los oprimían, era 'Chiara Gambino'. Había escuchado sobre ella, pero esta era la primera vez que la veía en persona, estaba parada sobre algunas cajas de madera. Lamentablemente, un grupo de Agentes estaban escuchando. Uno de ellos abrió su sucia boca.

— Nos han prometido trabajo y vivimos en la miseria. Hemos visto al ejército usar sus armas contra nosotros por el único crimen de ser diferentes.

— Si no le gusta la ciudad puede tomar un barco e irse con los suyos a otro lado.

Chiara lo miró.

— Joven. —La última vez que vi, la constitución protegía mi libertad para poder expresarme.

— Se acabó — Dijo uno de los tres Agentes mientras se dirigía hacia ella — Bájenla.

— ¡¡¡Quítenles las manos de encima!!! — Grito un niño saliendo de la multitud que se había reunido por el escándalo.

— ¡¡¡Cállate idiota!!! — le dijo uno de los Agentes después de darle un puñetazo en el estómago haciendo que el chico caiga al suelo retorciéndose de dolor.

Carlos Gambino, Uno de los niños de la señora intento detenerlos, pero fue golpeado y aquí es donde entro yo, estaban a punto de golpear a Chiara cuando decidí sacar algunas buenas fotos.

— Digan güisqui, amigos — El intenso flash de mi cámara llamo su atención.

Los amenacé con publicar sus jueguitos en el periódico del día siguiente, al verme quien parecía ser el líder les ordeno retroceder.

— Ten cuidado Franttini estás forzando tus límites. — Me dijo antes de marcharse con los demás Agentes.

Acompañe a la señora y al muchacho a su hogar el cual era un orfanato. Carlos me había contado sobre su sospecha de que su padre había sido asesinado por los Agentes, a pesar de su corta edad parecía muy inteligente y osado mucho más que los otros niños que no se atrevían a salir del orfanato. Tal vez el muchacho solo necesitaba a alguien que lo escuchara.

— ¡¡¡Ahora esos Agentes vienen por nosotros!!! — Podía sentir la rabia e impotencia en su voz — No sé por qué es que somos tratados así acaso es el sistema, el banco, los políticos.

Toni GambinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora