u n o

822 60 49
                                    


Emilio se miró al espejo para acomodar su corbata sin embargo al subir la mirada noto de nuevo sus ojos que parecían totalmente sin ningún brillo. Negó suavemente intentando olvidar aquello, se giro dispuesto a irse al trabajo, sin embargo su mirada se detuvo en la cocina, su mente lo llevó de inmediato a tantos recuerdos que tenía ahí con él, abrazándose, besándose mientras cocinaban con una gran sonrisa.

Su corazón dolió demasiado así que salio rápidamente de la casa, necesitaba olvidarlo, aunque eso parecía totalmente imposible, ya que todo le recuerda a él. Incluso su lobo no dejaba de llorar por el abandono de aquel omega.

Llegó a la oficina dirigiendole una mirada fría a cada uno de los empleados que se encontro en el camino, escuchando como algunos murmuraban una vez que pasaba.

— No puedo creer que haya cambiado tanto, duro años totalmente frío, llega él lo cambia por completo haciéndolo muy feliz, se va dejándolo aún más frío y triste que antes —susurró una de las empleadas.

Emilio no pudo evitar pensar un poco en ese comentario y tenía razón, desde siempre fue alguien solitario y muy frío, sin embargo una vez que llegó él lo contagio con su alegría, emoción y por supuesto con el amor que se tenían o al menos él le tenía ya que si hubiera sido mutuo jamás lo hubiera abandonado, solo dejandole  una nota pidiendo que lo perdonará.

En algún punto pensó en buscarlo para pedirle una explicación, debido a que según él no había ninguna razón para irse así de rápido, sabía que no se trataba de dinero ya que él también venía de una buena familia, así que prefirió resignarse y continuar con su vida, lo cual parece cada vez más difícil, debido a que todo le recuerda a él.

Su vida a pesar de nacer en una familia reconocida fue difícil, sus padres murieron cuando tenía diez años, así que desde esa edad se encuentra sólo, quizá por eso es su personalidad fría. Tuvo que salir adelante, pues todo se complicó mas que nada porque las  personas encargadas de cuidarlo se aprovechaban de que era un niño, así que tuvo que sacar a relucir su carácter y su alfa dominante para evitar que le pasara algo.

Una parte de él quiere arrepentirse por ir a aquella subasta donde lo conoció vistiendo un traje perfectamente ceñido a su pequeña silueta, con aquella gran sonrisa que lo conquistó tan solo con la primera vez que la vio. Hablaron toda la noche de cosas tribales haciéndolo sentir en confianza total, tanto que compartieron sus números de inmediato, despidiéndose con un beso en la mejilla que provocó tantas cosas.

Al día siguiente quedaron de salir, así que fueron a un café donde continuaron conociéndose y enamorándose poco a poco. En tan solo unos meses se volvieron novios, para después comenzar a vivir juntos en su casa, viviendo momentos inolvidables e inclusive unas cuantas semanas antes hablaron de matrimonio donde le dijo que deseaba casarse con él y aún así se encontró con una casa vacía y una nota donde solo le pedía perdón.

Dolió y demasiado, grito,rompió cosas, quito todas las fotos juntos y cada recuerdo que tenía de él, su lobo se puso igual o peor que él. Le tomó dos semanas salir de su miseria y regresar al trabajo concentrándose tanto en este para intentar olvidarlo, cosa que claramente no ha logrado.

Fue sacado de sus pensamientos debido a su teléfono que comenzó a zonar, al ver que era un número desconocido, no iba a contestar, sin embargo algo le hizo presionar el botón verde.

— Habla Emilio —dijo pegando el teléfono a su oreja, confundiendose al escuchar silencio, estaba por colgar de no ser porque hablaron.

— Hola —susurró una voz tímida, que de inmediato reconoció el rizado, causando que su corazón se detuviera por un momento— Se que debes odiarme, te juro que no te llamaría sino fuera absolutamente necesario —hizo una pequeña pausa debido a que el llanto apareció, tomándose unos momentos para continuar— Sí te interesa te veo en el hospital de especialidades, piso tres en el balcón junto a ginecólogia a las doce, es un asunto de vida o muerte —agregó antes de colgar la llamada.

Legado De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora