Reyes, Reina y un ¿Bebé?

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Capítulo 8

Ha pasado una semana desde la noche en la que estuve en la habitación de Darcie, después de caer juntos en el colchón de su cama y ponerle mi preciada navaja en su garganta, me soltó y me dejo ir a mi cuarto.

Esa noche no pude dormir de tanto pensar en las sensaciones que me provoca su cercanía y su presencia, no quiero admitir que me gusta lo que me hace sentir por lo que siempre me digo que usa magia para provocarme querer estar junto a él.

Durante los siete días que le siguieron a esa noche nunca lo he visto en las mañanas o en las tardes, en cambio en las noches está en cada cena, lo más raro es que no come nada en absoluto, he tratado de ser puntual para evitar alguna discusión y aún así se va a la hora del postre.

¿Quién rayos se va a la hora del postre? Es lo más rico de toda la noche, siempre hay pastel de chocolate con almendras y tartas de otros sabores, pero teniendo la delicia del chocolate quien en su sano juicio escogería otra cosa, además...

-¿Qué te parece, querida?- pregunta Ava sacándome de mis ensoñaciones.

-Uhm, No te escuche. ¿Qué dijiste?- digo con una pequeña sonrisa apenada.

Ava sonríe negando con la cabeza y se para de su lugar para acercarse a mi un poco, cuando estamos lo suficientemente cerca, arrastra una silla y se sienta a mi lada tomando mi mano cariñosamente.

-¿Qué te tiene tan distraída, Nadine?

Darcie. Lo pienso, pero no lo digo, en cambio veo mi oportunidad de saber más sobre Natalia.

Agacho la cabeza viendo su mano acariciar mis dedos y cierro los ojos fingiendo preocupación para hacer más creíble mi acto.

-N-no es nada- digo haciendo que Ava enarque una ceja -Bueno, es que yo... yo me quede un poco inquieta por lo que me dijiste de la madre de Darcie.

La mujer frente a mí deja de tocarme para poner una cara de sorpresa y después una de comprensión.

-Solo quiero comprender más a mi prometido, conocer todo sobre él y su familia- continúo diciendo con la voz tranquila -Me di cuenta que tal vez estoy mejor aquí que en Enya.

Ava asiente en silencio y sonríe.

-Pensé que era algo más grave, querida- contesta creyendo en mí, me siento un poco mal al probablemente jugar con sus sentimientos, pero no le estoy mintiendo del todo, de verdad quiero conocer más sobre Natalia -Si lo que quieres es saber más sobre este lugar y sobre Darcie, todo está en la biblioteca, le diré a Laurel que te lleve.

Asiento en silencio con una gran sonrisa de oreja a oreja y sigo comiendo mi pastel favorito partido en pequeños trocitos como a mi me gusta. Cuando termino con la delicia del chocolate dejo a un lado la pequeña cucharita, justo en el momento que Laurel entra por la enorme puerta del comedor con una de las sonrisas más bonitas que le he visto.

-Buenas noches, Ava- dice haciendo una reverencia a mi acompañante y después pone su mirada en mi- ¿Nos vamos?

Asiento y me pongo de pie, no sé en qué momento Ava la llamó, pero supongo que estaba tan concentrada en la comida que ni si quiera me di cuenta. Cuando estamos a la par, una a lado de la otra, la mujer más grande la habitación se aclara la garganta.

-¿Qué modelos son esos, señorita?- reprende con voz alta viendo de mí a mi doncella.

Laurel y yo compartimos una mirada confundía porque no sabemos a quien se refiere con exactitud.

-Te hablo a ti, Lau-contesta aliviando nuestra duda -¿Acaso no sabes que tienes que hacer una reverencia ante Nadine? ¿Nadie te ha dicho que se casará con tu rey? ¿De dónde vienen esas groserías, muchachita?

Oscura TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora