ELINA:
- No te preocupes después de todo no me falto amor, pero ver como a mis compañeras sus dos padres las recogían besaban y abrazaban me hacia sentir un poco triste, yo tenia que regresar sola a casa porque papá tenia que trabajar todo el día para poder salir adelante juntos. - siempre me costo decir cuanto sufrí en el colegio y aunque le este diciendo solo una parte de la historia nunca se la había contado a nadie mas, no confío en nadie mas que no sea mi papá, no se lo que es tener amigos, pero este hombre inspira una confianza increíble y se me soltó la lengua.
- Tranquila Elina, tu padre se pondrá bien pronto ya veras - estaciona el auto en dentro del hospital.
- Enserio muchas gracias por traerme no quiero causarte mas molestias - veo que se pone un gorro negro lentes y una casaca Adidas seguramente para que nadie lo reconozca, lo veo sorprendida, dio me ira conmigo.
- Vamos te acompaño y ya no agradezcas mas debemos preguntar por tu padre - baja del auto lo rodea y me abre la puerta para ayudarme a bajar.
- Stefanos no es nece...
- Si lo es, vamos estamos perdiendo tiempo aquí parados - comienza a caminar hacia la puerta y yo prácticamente corro para alcanzarlo, entramos y nos dirigimos directamente al área de urgencias, encuentro a una señorita en el mostrador que se queda viendo directamente a Stefanos que aun con lentes y gorro esta para comérselo, la entiendo pero necesito saber sobre mi padre así que no la dejo terminar su exploración sobre el hombre a mi lado.
- Señorita buenas tardes necesito información sobre Antonio Fonttis Galindo, soy su hija - hablo con voz fuerte y la saco de su ensoñación con el griego quien se encuentra hablado por teléfono ahora.
- Si disculpe el se encuentra aun en observación pronto el doctor saldrá a darle el diagnostico.
- Gracias esperaré - me alejo del mostrador y me acerco a Stef, se ve molesto ya que habla en un idioma que no entiendo para nada, el griego supongo.
- Θεοδώρα φτάνει τώρα δεν έχω χρόνο για τα ξεσπάσματα σου, αν θέλεις τότε μιλάμε, κάνω κάτι πολύ σημαντικό, γεια. - lo único que logro entender es el nombre de Theodora pronunciado de forma rara, en cuanto me ve cuelga y me mira esperando que le diga que es lo que me dijo la señorita.
- Aún tengo que espera que el doctor salga a decirme el diagnóstico, enserio Stefanos si estas muy ocupado puedes ir de verdad te agradezco que me trajeras.
- Lo único que tendría que estar haciendo ahora si no me hubiera encontrado contigo es estar solo en la habitación del hotel donde me quedo y créeme no me gusta estar solo, además eres buena compañía Elina aunque no sea el mejor momento.
- Bueno si es así entonces sentémonos a esperar un momento - se sienta junto a mi en sala de espera y quisiera preguntarle que sucedió con Theodora pero seria muy chismoso de mi parte.
- Cuéntame de ti, lo que sé de ti es que que en su momento eres muy ruda y tierna a la vez - me sonrojo y suelta unas hermosísimas carcajadas - ah y por lo de ahora tímida, dime Elina que mas debería saber de ti.
- Bueno pues cumplo años el 13 de agosto, nací aquí en Estados Unidos pero tengo raíces latinas, me gusta demasiado el helado, tengo 22 años, estoy en la universidad, mi madre es fanático del tenis yo no tanto, soy pésima jugando por eso recojo las pelotas, nunca tuve un perro pero los amo, mido 1.57 - me mira con cara de se nota que no mides mas de 1.60 - si soy enana - SE RIE- no tengo amigos y uhmm ya no se me ocurre nada más. Muy bien ahora cuéntame sobre ti.
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LA RECOGEPELOTAS
Storie d'amoreElina Fonttis una joven de 22 años vivió rodeada desde muy pequeña en todo lo relacionado al Tenis pues su padre era un gran aficionado, para Elina su infancia fue en un campo de tenis y pensaran es una gran jugadora, pues para nada lo es, siempre...