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Puse los ojos en blanco mientras esperaba a que el director terminase de darnos la charla. Nos miraba con desaprobación tras la gruesa mesa de caoba. Tenía a Jonan a mi derecha, y hacía unos momentos también a Andrea (sí, la idiota esa del pasillo).
Mientras que a ella le había dejado marcharse ya a casa, Jonan y yo seguíamos allí.
-Bueno, os quedareis una hora más castigados por lo que habéis hecho. Creo que será suficiente.
¿Qué? Venga ya, siempre ganan los malos o qué..., pensé, aunque obviamente no se lo dije.
Y eso que habíamos quedado al salir de clase.
-Mándales un Whatsapp y diles que saldremos más tarde- le susurré a Jonan.
Él asintió mientras tecleaba rápidamente en su móvil. Estábamos en una clase sin apenas gente; un par de personas nos rodeaban, sentados en los pupitres.
La profesora nos miró y ambos bajamos la mirada a la vez, disimulando. Habría sido aburrido de no ser porque Jonan me estuvo entreteniendo con sus notas, hablándome de tonterías.
Los últimos minutos me los pasé haciendo Mates -ja, mentira- y mirando por la ventana. Cuando por fin nos dijeron que podíamos salir, bajamos las escaleras corriendo y gritando.
-¿Qué dicen?- pregunté, estirando el cuello para poder ver.
Estábamos sentados en el respaldo de un banco, a la salida del instituto. Jonan escribiendo con su iPhone, yo intentando ver algo.
-Dicen que están en el parque, nos están esperando.
Fuimos hacia allí mientras hablábamos de cosas al azar, soltando carcajadas de vez en cuando. Se estaba bien con él.
Cuando llegamos con los demás, decidimos ir al centro comercial. Me sorprendió lo majos que eran, aunque tuvieran un año más. Dos chicos, Raúl y Aaron, y una chica, Claudia; Raúl y Claudia estaban saliendo.
-Oye, ¿qué tal si vamos al McDonald's?- sugirió Aaron.
Todos asentimos. Después de comer nuggets y un poco de helado, estuvimos unos tres cuartos de hora entre la calle y los recreativos (hecho: se me daban fatal). Después, Raúl y Claudia se fueron juntos y me quedé sola con Aaron y Jonan. Nos sentamos los tres en un banco de la calle, hasta que vi que mi madre me mandó un Whatsapp diciendo que fuera ya para casa.
-Oh mierda.
Jonan se giró hacia mi.
-¿Qué pasa?
-Mi madre me ha mandado un Whatsapp para que fuera a casa hace media hora y se me ha acabado la batería; no la puedo contestar.
Me tendió su móvil.
-Usa el mío si quieres.
Me levanté hacia una esquina y marqué el teléfono de casa. Hablé con mi padre y quedé en ir en autobús o metro; miré al banco. Aaron estaba hablando con Jonan animadamente, y ambos reían. Observé el iPhone 5s que tenía en mi mano. Vibraba demasiado... Como si no dejasen de llegar notificaciones. Miré de dónde eran: Twitter, Instagram, Facebook... Espera, ¿Youtube?
-Dana, ¿has terminado ya?
Ogh, espero que no me haya visto ojeando su móvil. Caminé hacia ellos.
-Eh sí, me tengo que ir ya.
Me despedí de Jonan y Aaron y corrí hacia el metro, esperando que no se hubiese ido, aunque con suerte llegó bien.
Cuando llegué a casa, me tiré en mi cama y abrí Twitter. Jonan no me había dicho su Twitter, y no me acordaba de cómo lo había dicho Andrea.
Comencé a teclear @Jonathan... ¿O empezaba por @Jonan? Paré en seco y suspiré. Dana, ¿qué estás haciendo? ¿Stalkeándole? Dios, no me podía creer que estuviese buscándole en Twitter, como una acosadora. Esto era una tontería. Suspiré de nuevo, dejé el móvil cargándose en mi mesita de noche y apagué la luz.
Di mil vueltas en mi cama, preguntándome por qué Jonan tenía tantas notificaciones. Bueno a ver, hasta donde alcancé a ver, tenía poco más de 60 en cada red social.
Quizás no fuera tanto. Y, con esas palabras, me dormí.
***
Holaa ☺ he escrito este cap con el móvil porque había salido fuera de mi ciudad, entendedme que no sea muy largo. Bueno, hasta el siguiente cap, gracias por leer
Pd: votadme dándole a la estrellita porfa ❤

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⏰ Última actualización: May 23, 2015 ⏰

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