ESCOSIA SIGLO XVIII
ADRIEN
Definitivamente no, jamás me casaría por conveniencia o por dejar mi estirpe en el mundo, suficiente tuve con el hecho de ver a mi madre atada a mi padre que jamás la respeto engañándola con quien quisiera y debido a eso ella decidiera acabar con su vida dejándome con ese sujeto. Tal vez tenga mas hermanos por ahí y aun así me sentire solo en este gran castillo y definitivamente mi padre no sera mi ejemplo para cuando decida tener esposa.
—Ensillen un caballo—ordeno al llegar al patio.
—Si, príncipe— se apresuran los que están en el establo.
Sere de todo incluso arrogante, pero jamás un hombre que juegue con los sentimientos de una mujer jamás lo sere, jamás sere como mi padre, primero muerto a ser como él.
Abren las rejas de la puerta y emprendo mi camino al bosque, el frio no es obstáculo cuando quiero ir en busca de un poco de tranquilidad el sonido de los cascos del caballo en el largo puente me reconforta y va disminuyendo mi ira.
Prefiero estar solo cuando viajo a la profundidad del bosque sobre todo porque es demasiado peligroso y jamás se debería ir, sobre todo un heredero a la corona. Nunca me ha pasado nada estando aquí, así que voy disminuyendo mi agarre en la correa del caballo. Solo es un paseo que puede pasar...
Te contare que paso una serie de flechas aparecieron en mi campo de visión logre esquivarlas, pero caí del caballo... y el solo relincho y huyo. Quede tendido en el suelo viendo como el poco sol que había se filtraba por las copas de los árboles.
—Lo siento, no fue mi intención— diviso la imagen de una señorita, su cabello negro cae a cada lado de su rostro, comienzo a reír. Parece un ángel.
— Es-eso fue fantástico— me mira con cautela cuando me siento, comienzo a sentir dolor cerca de mi hombro y borro mi sonrisa.
—Estas sangrando—me mira de nuevo el rostro y yo la veo a ella, la herida no me importa.
—Aja si es muy hermosa.
—Esta loco esta perdiendo sangre— saca la flecha de mi hombro, duele y me quejo.
» Te juro que no fue mi intención, ¿Vives cerca de aquí? —Hace presión manchando sus manos con mi sangre—responde, por favor—escucho la angustia en su voz.
—En—una leve tos me invade— en el castillo soy el príncipe—sonrío.
—Su majestad, como lo siento—rompe la capa que lleva puesta para ponerla en mi herida— haga presión aquí—ordena. —lo llevare al castillo y si me meto en problemas espero usted sepa ayudarme.
—Doy mi palabra, señorita. Mi caballo de seguro regreso al castillo y se preocuparan por mi. —informo.
—¿Por qué esta tan calmado? —pregunta y yo sonrio.
—Porque ya es suficiente preocupación con la suya y si le agrego la mía de seguro no lo soportara. Soy fuerte ver un poco de sangre no me haría desmayar.
—Altanero—susurra y cree que no la escucho. —Ire por mi caballo usted espéreme aquí, ni se le ocurra irse.
—¿A dónde iría? —cuestiono y ella sonríe.
—Entonces procure que los lobos no lo ataquen.
La veo levantarse y ella se va perdiendo a la distancia, magnifica forma de conocer a una dama. Y yo se que recibiré un gran sermón por parte de John. Ya me hago la idea, la niebla comienza a aparecer y mis parpados se hacen pesados y la dama no regresa, solo espero verla de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Mi Adorada Perdición
Fantasy«Tiempo» Eso es lo que no tengo, necesito acabar con esto. Con los sentimientos que hay en mi matarlos desde la raíz, pero esa raíz se ha perdido, ha desaparecido y no se donde se ha metido. Lo odio, aunque hace mucho lo ame, me duele tenerlo aquí m...