chifuyu notó de inmediato el cambio de expresión en el rostro de la chica, así que se apresuró a explicarse. no deseaba quedar mal desde un principio.
—tranquila, no es necesario aceptar mi pedido. lo decía porque quizás necesitas ayuda para cargar a tora, ¿sabes?
y con la cabeza señaló a su mejor amigo, haciendo referencia a que pesaba mucho y tal vez la impropia no podría llevarlo hasta el interior de la casa.
(n) soltó un "aah" por lo bajo, entendiendo ahora el motivo.
lo había dicho tan directo que se le hizo extraño, pero como se justificó, pues tenía sentido.—tienes razón, lo siento. agradecería que me acompañes.
—descuida, entiendo que soné raro, teniendo en cuenta que es la segunda vez que nos vemos.
dos luces se fueron acercando hacia ellos, hasta que pararon enfrente de ambos; se trataba del taxi.
se ayudaron mutuamente para meter a kazutora, teniendo un poco de dificultad.
cuando lo lograron, se metieron ellos, y por último la fémina dijo la dirección de su casa.𓂃𓂃𓂃𓂃𓂃𓂃𓂃𓂃𓂃
—es increíble que sea delgado y aún así pese demasiado.
se quejó matsuno mientras llevaba el cuerpo dormido de hanemiya hacia la habitación. con cada paso le costaba más y más cargarlo.
—nunca más le hago una apuesta que tenga que ver con el alcohol.
habló ella, siguiéndolos desde atrás. ya había intentado ayudarlo pero falló en el intento, era una persona que tenía fuerza hasta cierto punto; cargar a kazutora no entraba en su lista.
—por favor, no.
suplicó el otro, robándole una risa a la chica.
(n) encendió las luces de la habitación de su amigo, cosa de que el impropio no tropezara con los objetos tirados en el suelo.
—¿más de veinte años de edad y sigue siendo un desastre?, no cambia eh.
dijo el rubio, mirando de reojo el desorden de la habitación. la chica se encogió de hombros, restándole importancia.
—siempre intenté hacer que mantenga orden, pero nunca me hace caso, y no soy su madre, que haga lo que quiera, mientras no lleve su desorden hacia el resto de la casa.
acomodó al de mechas rubias en la cama; le quitó las zapatillas y luego lo tapó con la sábana.
chifuyu soltó un suspiro de alivio.—¿en la adolescencia era igual de desastroso?
preguntó ella con curiosidad.
—no lo vi con mis propios ojos, cuando éramos adolescentes no fuimos amigos, lo estamos siendo recién ahora que salió de prisión. pero baji me habló de él, y mencionó que no era la persona más ordenada del mundo.
—ya veo.
susurró, mirando a kazutora dormir plácidamente en la cama.
otra vez oía el nombre de baji.
nunca lo conoció, pero sabía por hanemiya que fue un amigo demasiado valioso para él, que lo quería y extrañaba todos los días.