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Después de tantos días de correr en círculos sin resultado alguno, finalmente había logrado dar con una pista del paradero de Seohyun, o mejor dicho... finalmente los designios divinos le prestaban su ayuda.
Sin perder tiempo, comenzó a caminar siguiendo el sendero que le indicaban los destellos de luces que bajaban desde el cielo. Si por él fuera se transformaría y correría lo más rápido posible sin embargo luego de tanto tiempo de ir de un lado a otro sin descanso, siquiera tenía energía para eso.
A medida que avanzaba por el bosque, los destellos se orientaban hacia las cumbres nevadas. Poco importó la altura, el cansancio o que el frío de la nieve atravesara sus zapatos, solo quería encontrar al Omega por lo que empleó toda su fuerza de voluntad para seguir adelante.
Las horas pasaban y el sol había caído, sería prudente detenerse y buscar un lugar en el cual refugiarse pero no podía darse el lujo de perder ni un segundo. Por ende, continuó hasta dejar atrás las laderas nevadas, llegando así a unas colinas menos pronunciadas pero más difíciles de transitar ya que sentía estar a punto de perder el conocimiento.
Logró llegar al lugar más alto de esas tierras, descubriendo que había una especie de lago circular encerrado entre las montañas, algo que ciertamente le impediría continuar adelante y que lo forzaría a rodear todo el área. No obstante... dos luces más descendieron del cielo hasta tocar el agua, provocando que cayera de rodillas en el suelo al comprender que allí yacía Seohyun.
Maldijo, lloró y golpeó reiteradas veces el suelo, había llegado demasiado tarde y ahora... todo estaba perdido. No quedaba ya nada por hacer, no tenía objetivo ni sentido alguno, era como si su propia existencia se hubiera rebajado a la misma nada y era por eso que... decidió que era hora de dar fin a su historia, que aquel sería su lecho junto a Seohyun.
Se puso de pie y respiró profundamente, sintiendo el aire por última vez y dejando que a su mente llegaran los recuerdos del Omega que le había quitado el alma, o quizá... quien se la había devuelto haciéndolo experimentar lo que era la verdadera felicidad durante esos años.
"Estoy aquí contigo y te prometo que... permaneceremos juntos por siempre"
Tras las palabras de su lobo, extendió los brazos y se arrojó al vacío, percibiendo el impacto cuando su cuerpo se hundió en las profundidades. Apenas pudo recuperarse, abrió los ojos debajo del agua cristalina y fue allí que divisó un cuerpo cubierto por un manto de seda blanco. Nadó hacia él hasta alcanzarlo y abrazarlo, apreciarlo los pocos segundos que le restaban de aire.
"En verdad... estás aquí..."
Aquellas palabras que resonaron en su mente no eran suyas sino de Seohyun, del mismo Omega que abrió los ojos reflejando ese hermoso púrpura que lo invitaban a perderse en el universo que reflejaban. Las manos del más pequeño acunaron sus mejillas justo antes de sentir como sus labios se unieron en un beso que lo hizo perder la noción de todo, ignorar por completo el hecho de que sus cuerpos estaban flotando en ascenso sino hasta que salieron a la superficie.
Seohyun perdió el conocimiento justo después de eso, se aferró con fuerza de su pecho y cerró los ojos denotando una sonrisa en la comisura de sus labios. Las luces que lo habían guiado hasta allí se desvanecieron y fue entonces que elevó su mirada al cielo para agradecer el hecho de que Seohyun se encontrara con vida.
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•Escuchaba vagamente el sonido de la madera crujir y al mismo tiempo sentía el calor de otro cuerpo que abrazaba el suyo. El aroma a jazmines lo impregnaba y al abrir los ojos se encontró con los de Hoseok que lo observaban fijamente. Ambos estaban desnudos, tendidos en el suelo sobre unas hojas apiladas de gran tamaño que simulaban una especie de lecho primitivo. Estaban resguardados del frío dentro de una cueva y al mismo tiempo por un delgado manto blanco de seda lo suficientemente amplio para cubrirlos a los dos.
Por unos segundos volteó su vista hacia la pequeña fogata a unos metros de ellos, prestando atención a la rama de árbol en donde estaba colocada la ropa del Alfa que al parecer aun no había terminado de secarse o de lo contrario dudaba que este descansara desnudo junto a él. Iba a tomar la palabra, preguntarle a Hoseok por qué había ido a buscarlo pero él fue el primero en hablar.
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Moonchild [Seesaw]
Fanfiction[Secuela 2 de Moonchild] [Omegaverse+18] Esta historia narra los inicios de Hoseok como Rey de la dinastía Jeon, las dificultades que se le presentan ante la desconfianza de la corte pero principalmente el cómo llegará un hermoso Omega a poner ord...