"Todos tenemos sueños, o al menos uno que nos ayuda a mantenernos de pie, ante todo, sin importar qué.
A veces, cuando nuestra mente juguetea con las posibilidades pensamos en la serie de cosas que podrían salir mal e impedir que nuestras metas se cumplan. Y es que cuando el trabajo duro ya no basta, cuando todas las puertas se han cerrado y nos encontramos frente a una enorme pared que nos impide alcanzar lo que deseamos hay solo una salida: rendirse…...o seguir intentando"
El sonido del viento acariciaba la noche, mientras que el manto de esta se extendía a través de la ciudad, tal como si de un manto de seda frío se tratara.
En el disturbio de la noche maquillado como calma, una mujer caminaba por la acera de una calle apenas iluminada por el alumbrado público. Las luces parpadeaban a causa del mal estado de aquella iluminaria, pero ese sería el más pequeño de sus problemas. No tardó mucho en darse cuenta de que sus pasos eran seguidos de manera celosa por dos figuras a la distancia. Quizá era una coincidencia. En sus pensamientos desearía que así fuera.
Las figuras aceleraron el paso una vez que se percataron de que habían sido descubiertas. Ella aceleró el paso, y en su rostro se podía observar la más primitiva de las emociones: el terror. Comenzó a correr, sus pasos eran rápido y certero, tanto que parecía que pronto dejaría atrás a aquellas figuras, pero, su paso fue bloqueado por un muro que se alzaba frente.
Intentó caminar hacia el lado contrario, pero al girarse se percató de que dos siluetas bloqueaban el paso mientras acercaban cada vez más. Un grito aturdidor que pronto se mezcló con el sonido de la urbanización fue callado por dos enormes brazos que le rodearon la boca, ejerciendo presión a tal punto que le era difícil respirar.
Cuando todo parecía perdido, una silueta más apareció; una silueta distinta.
—¡Oigan, ustedes dos! ¡Déjenla en paz! —una voz temerosa, pero firme, se escuchó desde aquella silueta.
Aquella silueta pronto reveló la figura de una joven con un traje amarillo bastante holgado. Era Nancy, una novata que intentaba ser superheroína. Una joven de apenas 19 años, que, pese a su figura para nada atlética buscaba destacar entre aquellos que querían ser héroes.
Lastimosamente, la parafernalia montada en aquellos momentos había atraído a un alma bondadosa justo a la boca del lobo.Mientras ella se acercaba, las siluetas se fueron aclarando, mostrando a tres cómplices que habían estado realizando el mismo juego en busca de víctimas que buscaran hacerse los héroes, y que, para su desgracia, Nancy habría caído en la trampa.
Aquellos sujetos, a la mínima oportunidad la sometieron , la despojaron de sus bienes, y con el fin de humillarla la desnudaron de la cintura hacia abajo colocándole los pantalones en la cabeza a modo de atadura.̶ Conozco a los héroes, y tú no te ves como uno. —dijo la supuesta víctima mientras aguantaba las ganas de reír.
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InkGirls
FantasyA pesar de no tener poderes Nancy sueña con proteger la vida del planeta cueste lo que cueste. Junto a un colorido grupo de "súper amigas" buscará la forma de ayudar a quien lo necesita, aunque carezca de fuerza, velocidad, dinero... Aprendiendo de...