KUSUO SAIKI
(capítulo editado)- ¿No tienes una cita con Yui o algo así? - pregunto Kuboyasu.
- No, me cancelo - explico - lo ví salir con otra chica.
- ¿Por qué sigues con el? - pregunto Kaido.
- ¿Qué van a hacer hoy? - pregunto ella, cambiando el tema.
- Estudiar para el examen, ¿tú?
- Existir - respondió, tomando un cuaderno junto a un bolígrafo - ¿han jugado al basta?
- No.
- Aún no han jugado - sonrió emocionada - saquen un cuaderno, tu también Saiki - me apunto.
- Está bien.
(...)
- ¿Tu que pusiste en color? - pregunto ella.
- Zanahoria - respondió Kaido, orgulloso de su respuesta.
- Zanahoria no es un color.
- ¿Tu que pusiste? - atacó.
- Zapato.
- Ay, no - murmuró Ophelia, reprimiendo una carcajada.
- No existe un color con la letra Z - agrego Kuboyasu, frustrado.
- Zafiro - dijo Ophelia por lo que todos la miraron, ella sonrió incómoda - o bueno no.
- A ver, vamos de nuevo - suspiro cansado - A.
Los segundos pasaron y nadie se movía.
- Basta.
- Y de yoyo.
- Me la van a pelar todos - murmuró ella, escribiendo con velocidad.
- ¡Basta! - exclamó Kaido.
- Ni siquiera he empezado - se quejo Kuboyasu, asentí de acuerdo con el.
- ¿Qué pusiste en nombre? - le pregunto Kaido.
- Yamileth - respondió ella - no se me ocurrió otra nombre.
- Tu novio se llama Yui.
- Ah, si cierto - sonrió nerviosa - ni me acordé de el.
- Yo también puse Yamileth - dijo Kaido.
- Yo no puse nada - dijo Kuboyasu.
- Lo mismo.
- ¿Apellido?
- Nada - respondió Kaido.
- Yumehara - respondió ella.
- Ay, no me acordé - murmuró Kuboyasu con pesar.
- ¿Objeto?
- Yoyo.
- Lo mismo - dijo Kaido.
- Lo mismo - comento ella.
- Nada.
- ¿País? - pregunto Kuboyasu.
- Nada - respondió ella.
- Lo mismo - apoyo Kaido.
- Igual - dijo Kuboyasu.
- También.
- ¿Color?
- Nada.
- Lo mismo - apoyo Kaido.
- Lo mismo - apoyo Kuboyasu.
- Yellow - respondió, todos la miramos - ¿qué?
- No valen colores en inglés - recriminó Kaido.
ESTÁS LEYENDO
OPHELIA | Saiki Kusuo.
أدب الهواة𝐎𝐏𝐇𝐄𝐋𝐈𝐀 | ❝ Ophelia Anderson jamás fue considerada una chica normal o simple. Pues su energética personalidad no se lo permitía. Sin evitar mencionar la velocidad en la que creía enamorarse, o lo terca que podía llegar a ser. Es por eso que c...