Capítulo 2

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Aarón

-Buenos días, Aarón, ¿Cómo te encuentras hoy? ¿Has visto a tus padres?

-Me encuentro bien y si, los veo todos los días.

-Eso es imposible, no lo puedes ver todos los días... -siempre la misma discusión, si yo le decía que los veía todos los días, porque si, los veía todos y cada uno de los días que pasaba allí encerrado, me decía que no, que era imposible... Tanto le costaba entender de qué no era así- ¿Te has tomado la medicación no?

-Por octava vez, que si me la he tomado, todos los días cada ocho horas, en total 3 veces al día. A las ocho, a las cuatro de la tarde y a las doce de la noche. Y de esta manera día tras día.

-Entonces no es posible que sigas viendo a tus padres, ¿Lo entiendes?

-Si, pero si te dijo que lo hago es porque es verdad. Y las pastillas me las tomo.

-A ver... Déjame la caja de pastillas... Es que no lo entiendo, no tendrían que seguir las alucinaciones... -y en el momento que suspiro después de echar otro vistazo a la caja sabía lo que iba a decir.

-Me vais a hacer una analítica, ¿Verdad?

No hizo falta que me contestará para saber que así era...

-Lo siento... -y después de esas dos simples palabras salió de mi habitación.

Era la segunda analítica del mes y solo llevábamos 2 semanas. Ya me había acostumbrado, como las pastillas no hacían efecto, todas las semanas me hacían una analítica para comprobar que me la tomaba. La verdad es que últimamente si me las tomaba, pero antes del último incidente me las solía saltar y por eso no se fiaban de mí.

Después de mi visita con May me vestí y fui al comedor, ya era la hora de la comida.

Antes de llegar a mi destino, me choqué con alguien.

-De verdad niña crece, que no se te ve -dije de malas maneras, nunca era simpático con nadie y eso todo el mundo lo sabía, a sí que era mejor no contestarme.

Pero esa niñata lo hizo.

-O tu baja de tu nube y mira por donde caminas.

¿Una niñata enana acababa de contestarme?

-Yo de ti tendría cuidadito a quien le hablas con ese tono, te advierto -eso no era una advertencia, era más bien una amenaza.

-Que miedo que me ha dado tu amenaza de verdad -dijo haciendo como si estuviera asustada- escúchame torre Eiffel, no me das nada de miedo así mételo en tu cabecita -y dicho eso se marchó sin dejar que yo le contestará.

Que asco le estoy pillando a la esquizofrénica esa de verdad.
Después de eso seguí a lo mío y fui al comedor, pero ahora de peor humor.

-Dime que no es cierto -dijo Max pillándome por sorpresa.

-¿El que? -vale, tenía un humor de mierda.

-Que la nueva te ha dejado con la palabra en la boca -aggg si la niñata esa lo había hecho, ¿Pero ya lo sabía todo el mundo? A veces daba miedo lo rápido que corría la voz aquí- ¡NO ME LO PUEDO CREER! ¡ES CIERTOOO!

-Max, o cierras la boca o te la parto, tu mismo -él ya sabía que si me tocaban las pelotas mi humor de mierda se volvía aún más insoportable.

Max llegó aquí más o menos a la vez que yo, y como los dos éramos nuevos decidimos ser amigos porque así, no estábamos solos en ese sitio. Aunque Max era 4 años más grande que yo, era como mi hermano pequeño.
Max había sido ingresado por una depresión que había hecho que se intentará suicidar varias veces, lo habían encontrado tirado en su baño con un montón de pastillas a su alrededor y con bastantes cortes, y muy profundos, en su brazo en diferentes ocasiones. Siempre le hacían un lavado de estómago y le curaban los cortes. Después de unos cuantos sucesos iguales lo ingresaron.

-Perdone señor, no sabía que la princesita te había puesto de tan mal humor -y justo antes de que le dijera una burrada a parecieron Sarah, Sam y Axel.

-Venimos en tu rescate, -le dijo Sam a Max- ya nos hemos enterado de lo que te ha pasado con la nueva, a sí que antes de que lo pagues con mi queridísimo Max, lo venimos a salvar.

-Mira... Hablando del rey de Roma... Por ahí se asoma... -dijo Axel señalando la puerta del comedor con la cabeza.

Y así era, justo en ese instante la nueva aparecía por la puerta del comedor, cogió la comida y volvió a la misma mesa que un día atrás. Estuvo un rato jugando con el cuchillo hasta que me volví a sentar enfrente.

-Escúchame niñata... -comencé diciendo mientras ella seguía jugando con el cuchillo, pero esta vez me miraba fijamente- estoy más que seguro que no quieres problemas conmigo a sí que más te vale aprender a callarte.

Cuando estaba a punto de contestar aparecieron May con varios enfermeros más y se la llevaron del comedor mientras ella chillaba.

Pero había algo en todo eso que no entendía. Dependiendo del caso por el que estés ingresado, te ayuda una persona u otra, a la niñata la trataba May igual que a mí, ella tenía esquizofrenia, yo también, pero yo no estaba igresado por eso... Algo más escondería la niñata supongo, porque si la trataba la misma persona que a mí tenía un pasado más oscuro seguro...

Grace

-¡NO! ¡PARAR! ¡SOLTARME! -no paraba de chillar intentando que me dejaran en paz.

-Tranquilízate -dijo simplemente la pelirroja- si no, no te soltaremos.

No sabía por qué había acabado así, me habían sacado del comedor, algo que sí que agradecía porque estaba a punto de hacer algo que me había dicho Alice, y no era nada bueno. Pero no entendía por qué estaba en una sala completamente vacía, con tan solo una silla, a la cual estaba atada.

-Vale, ya estoy más tranquila...

Mentirosa

... ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy atada a la silla?

-Grace, has estado a punto de hacer una locura, ¿Verdad?

-Creo que sí...

¿Cómo que crees que si? Si has estado a punto de apuñalar al tío ese

Tú cállate, que ha sido idea tuya.

¿Y tú para qué me haces caso?

¿No lo sé vale? Cállate y déjame en paz de una vez.

-¿Qué te había dicho Alice mientras Aarón estaba ahí?

-¿La torre Eiffel se llama Aarón? -no le pega nada la verdad, no sé, me esperaba otro nombre.

-Si, pero no estamos hablando de eso y lo sabes.

-Me ha dicho que me quería hacer daño...

Y es verdad

-¿Y qué más? -me pregunto la pelirroja, ¿no decía que Alice no existía? ¿Por qué ahora se interesaba tanto por ella?

-Nada.

-Grace, no me mientas, sé que no es verdad. Ahora por favor dime la verdad para que pueda ayudarte.

-Que le apuñalara, que le hiciera daño, porque si no me lo iba a hacer él.

-Creo que contigo vamos a tener más problemas que con el resto...

-¿Por qué? Alice tiene razón, ¿Verdad? Estoy loca y ni aquí donde todos lo están podéis ayudarme.

Es lo que hay, morirás sabiendo que eras un caso perdido, que ni siquiera gente que había estudiado para ayudar a gente como tú pudo contigo.

-¡ESTO ES TU CULPA! DÉJAME EN PAZ DE UNA VEZ ¡VETE DE MI PUTA CABEZA YA!




¿Odio o Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora