Capítulo 25

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“Adonde sea que estés te encontraré, por qué incluso ni mis propios límites me impedirán verte”

“Adonde sea que estés te encontraré, por qué incluso ni mis propios límites me impedirán verte”

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Dió sus primeros pasos, su cabeza dolía levemente pero no dejaba de ser incómodo para él, aclaró sus ojos, tenía mucho tiempo ya que no veía los bonitos colores del día. Empacó sus cosas con un poco de dificultad, hubiera obtenido ayuda por parte de su mamá o su hermano de no ser por su convicción de querer hacer sus maletas solo.

Salir al exterior fue la más grande prueba, estaba asustado pero eso no impedía que tenía en su pecho albergadas una felicidad inexplicable, los tratamientos y pastillas para la post operación eran pesados y aveces lo marcaban, pero al menos podría albergar más recuerdos, ya no viviría en un mundo de mentiras, sólo quedaba una pregunta en su mente, y esque hace muy poco le contaron gran parte de todo y a pesar que no fue fácil asimilar todo, incluyendo de la noticia que su madre realmente estaba con vida y que todo aquello lo hizo para protegerlos, no fue nada fácil de asimilar, pero más difícil de asimilar era el hecho que nadie le daba respuesta de quién fué el donante. Estaba cansado de hacer la misma pregunta, a su nana, a su hermano, a Dalia y Karen que jamás dejaron de visitarlo durante estuvo en el hospital, incluso a su madre que en muchas ocasiones se desvelaba por él.

La resignación de saber la verdad estaba llenándolo pero... ¿Porqué el interés de saber quién dió su corazón para él? Fácil, al menos quería agradecerle en su tumba a la persona que dió la vida por él, cualquiera en su lugar lo haría, y si no se lo querían decir encontraría la manera de saberlo, aunque aún así tuviera que ir a protestar fuera del hospital para que le dieran la información, ya que por mandato de SuHan ni los doctores soltaban una palabra al respecto.

Ya se encontraban en casa, ya pasada una semana entera desde que salió de ese nauseabundo cuarto de hospital en dónde se sentía morir a cada instante, los dolores de cabeza disminuían con el pasar de los días lo cuál agradecía ya que tenía que aguantar los mareos matutinos, consecuencia de la operación.

El aburrimiento estaba reinando, en esa casa no había nada entretenido con que pasar el rato. Decidido, se dedicó a vagar por la casa de SuHan, desde que salió del hospital todos acordaron que lo mejor era que se  quedara con ella. El silencio reinaba y eso empeoraba su situación, en la primera planta no había nada que cesara su aburrimiento más que la televisión que hace ya días dejó de ser entretenido con los mismos programa de siempre, en la segunda planta se encontraban las habitaciones y era un demás decir que se divertía más en el primer piso, sólo le quedaba el ático de la casa en dónde talvez encontraba algún álbum de fotografías o talvez un viejo tablero que con un poco de esperanza y lo trasladara a algún otro sitio.

Subió las escaleras topandose con un par de telarañas y mucho polvo, cientos de cajas le dieron la bienvenida, algunas rotuladas con el nombre SuHan, y otras simplemente con títulos como recuerdos o presentes y cosas importantes. Siguió caminando por el estrecho lugar hasta toparse con un grupo de cajas de madera, empezó a desapilarlas hasta que sintió que de una de las cajas cayó un objeto. Colocó la caja en el suelo para recojer un libro que tenía el aspecto de un cuaderno, la personalización del libro llamó su atención por lo que volteó hacia la caja de dónde salió el objeto fijándose que en esta estaba su nombre, se sentó en las polvosas tablas de madera y se dedicó a leer una por una las palabras que contenía, lágrimas salían de sus ojos al leer sus propias letras, la caligrafía definitivamente la había reconocido cómo suya, un nombre se reflejaba en cada página, en cada párrafo escrito, y en su corazón sentía que sabía perfectamente quién era.

Recuerdame Hoy Y Siempre (Kooktae).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora