Academia de combate, Academia Labrys

Una nueva presa

Era temprano en la mañana cuando los delegados de las clases se reunieron en una de las salas del amplio tercer piso del edificio, una vez que sonó la campana cada uno emprendió camino a su respectivo salón excepto por 3 de ellos.

Caitlyn, Jayce y un delegado que no era conocido, los tres fueron por el mismo camino hasta llegar a la clase del profesor Graves. Ella golpeo la puerta esperando una respuesta para poder entrar.

Buenas tardes profesor Graves... -ella entro unos pasos para acercarse a el-

Caitlyn, necesitas algo?... -estaba escribiendo en la pizarra y se detuvo al ver a las personas detrás de ella-

Vine para confirmar la demora de Jayce ya que estaba en una reunión de delegados... -el ya había entrado y saludaba con la mano al profesor mientras caminaba y se sentaba en su lugar- Agregando, el miembro de The Luminary Club está aquí... - extendiendo con su mano un informe y mirando a la puerta donde estaba el joven-

Cierto... Diana me aviso de esto... -tomando el informe y mirándolo rápidamente- pasa... -leyendo el informe- Aphelios...

-un joven delgado bastante alto entro al salón, usaba un abrigo ajustado al cuerpo de color azul marino con detalles en plateado. Una larga bufanda caía de sus hombros con un suave degradado de azul a turquesa, usaba unos guantes negros haciendo resaltar el chaleco plateado que usaba debajo del abrigo y una prenda oscura que cubra su cuello solo dejando la pálida piel de su rostro expuesta. Había unas marcas en su rostro de un suave color violeta, sus ojos de un color ceniza y su cabello era corto y negro. -

Están remodelando su salón cierto... -suspira- esta bien, pasa y toma asiento...-indicando a los estudiantes. El joven comenzó a caminar al primer asiento libre que vio ubicado al medio del salón cerca de la pared, no había omitido palabra en ningún momento. Su apariencia llamaba bastante la atención, pero él estaba concentrado en lo suyo, la clase paso sin inconvenientes además de las miradas curiosas sobre él. Llego la hora del almuerzo y él se dirigió a la cafetería como todos los demás, tomo algo suave para comer y camino buscando un lugar para sentarse. Alguien que estaba apoyado en la palma de su mano despertó al sentir sus suaves pasos, unos ojos dorados los siguieron con la mirada.

Sett, uno de los miembros de The battle club fijo su mirada en el joven pálido que termino dirigiéndose a la mesa de delegados. Aphelios puso sobre la mesa una extraña caja de jugo para el mismo mientras los demás hablaban a su lado, el solo escuchaba en silencio y asentía solo a algunos comentarios. Los ojos dorados lo estaban acechando desde la distancia, parecía que la bestia había encontrado a su nueva presa.