Aarón
-Escúchame niñata...
-Me llamo Grace, Grace Ayers, no niñata.
-Aggg como sea, si no quieres problemas conmigo ni me mires.
-Vale, ni tú a mí.
-¿Yo a ti? ¿Tú te drogas?
-No te hagas el sorprendido, ya sea para criticarme o para lo que sea, que sinceramente me da igual, te pasas el día mirándome.
Vale, me había pillado, pero no pensaba confirmárselo, mi ego no me lo permitía.
-Bueno, como sea. ¿Te ha quedado claro?
-Si, pero como en este sitio me aburro porque no conozco a nadie, me pasó el día examinado a la gente, y tú no te vas a salvar de eso, te aviso.
-Más te vale no tocarme los huevos.
-Más te gustaría a ti que lo hiciera.
Varias horas después de que se la llevarán del comedor, acabamos la conversación que teníamos pendiente. Y para mi asombro, fue bastante bien... No habíamos hablado mucho, pero notaba que cada vez que nos acercábamos, algo se movía en el interior de ambos, no sé si era bueno o malo, pero era algo.
La mañana siguiente, nos tocó hacer como una terapia de grupo, es decir, a todos los pacientes tratados por May, nos metieron en una habitación. Habitualmente éramos 7 sin contar a May y a los guardias que estaban ahí, por si pasaba algo. Pero con la nueva éramos 8, siete chichos y ella. Ya os podéis imaginar, una habitación llena de adolescentes hormonales y una sola chica, que encima no estaba nada mal.
Por lo que me había ido enterando, tenía 17 años, y antes de llegar aquí, se había pasado todo un año en un centro de menores, hasta que se dieron cuenta de que lo que le pasaba era algo mental, un poco como me pasó a mí, pero yo no estuve un año...-Buenos días chicos -dijo May, interrumpiendo mis pensamientos- hoy como veis ahí una compañera nueva...
-Más bien la única compañera -interrumpió uno del cual no me sé su nombre.
-Gran observación chaval -literalmente esta tía tenía casi peor humor que yo, y eso era muy difícil.
-Uyyyy -dijeron los seis al unísono- la perrita está tiene carácter -sin conocerla mucho, sabía que tenía la mecha corta, y que ya habían hecho que se cabreara.
En ese instante, la niñata, llamada Grace, miro fijamente al chico que le había soltado ese último comentario, y de repente, el boli que tenía en la mano izquierda, voló en dirección de su cara, y con una puntería envidiable, le dio en el ojo.
-Guau guau -dijo Grace riendo, mientras entre dos guardias y un enfermero que acaba de aparecer se la llevaban.
Confirmado, estaba loca.
Pero... Yo quería saber hasta qué punto... A sí que me levanté de mi silla mientras todos miraban si el chico estaba bien, y la seguí.
Grace
A veces me pasaba, lo sabía, pero era incontrolable. Había algo dentro de mí que me incitaba a hacer ese tipo de cosas, las cuales me habían traído hasta este lugar...
Si tonta, yo soy lo que tienes dentro. Pero lo que no entiendo es que después de todo lo que ha pasado por mi culpa, sigas haciéndome caso...
Ya, yo tampoco lo entiendo, pero es que te hago caso inconscientemente Alice, pero algún día, te sacaré de aquí, de mi cabeza, entonces podré vivir tranquila...
-¿Qué te ha dicho Alice? -pregunto por décima vez un enfermero- necesito que me lo digas...
Yo había dejado de escucharle en cuanto una cara se asomó por la puerta, era Aarón. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿No debería estar con el resto?
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¿Odio o Amor?
Romance¿Te imaginas estar en un centro psiquiátrico? Tanto Grace como Aarón están ingresados en uno, pero no se llevan muy bien... ¿Acabarán siendo el típico cliché siendo felices y comiendo perdices?