La tía Sarah llevaba su delantal favorito cuando abrió la puerta de su casa. Era una casa humilde, con dos dormitorios en la planta de arriba, otros dos en la de abajo y un cuarto de baño en la parte de atrás. Era una más entre las muchas casas adosadas que flanqueaban la calle en un barrio construido para la mano de obra de las imprentas.
–Tía, él es Harry Styles. – lo presentó Louis.
–Es nuestro amigo– agregó Eddy tocando con su manito el pecho de Harry y luego el de él.
–Mucho gusto– dijo la tía, mirando entre el hombre y el niño que cargaba en brazos. – Vaya, si son como dos gotas de agua.
Eddy permanecía en brazos, con el pelo alborotado, mirando a Harry con los ojos como platos, como si fuera un héroe de ficción. No había puesto atención a lo dicho por la tía Sarah.
– Harry, ella es mi tía, Sarah.
–Encantado de conocerla, señora –dijo él, estrechándole la mano a la mujer mayor.
–Pásenle, pásenle. Supongo que han de tener hambre.
La tía Sarah nunca seguía el protocolo de cortesía, pero a juzgar por su rostro de satisfacción, Harry le había caído muy bien.
El olor de comida hogareña les recibió en cuanto entraron.
–Es muy amable, señora, y me disculpará por tener que rechazar su invitación en estos momentos, pero tengo que hablar con Louis de un asunto muy urgente. Espero que no le importe que se lo robe un momento.
–En absoluto –dijo ella. Era evidente que estaba encantada. No veía la tensión que le retorcía el estómago a Louis–. Tómense todo el tiempo que necesiten. No importa si tengo que volver a calentar la comida.
–Ven conmigo, cariño –le dijo la anciana a Eddy a la vez que intentaba quitarlo de los brazos de Harry.
El niño, sin embargo, rodeó el cuello del hombre que acababa de conocer minutos atrás.
–Yo también quiero ir con mi papi y contigo. Quiero volver a subir al coche.
–Ahora no, cariño. Tienes que quedarte y comerte la deliciosa comida que te ha preparado la tía Sarah –le explicó Louis, intentando apaciguarle.
–¿Por qué no puedo ir? – preguntó Eddy, con los ojos aguados.
–Solo será un momento, regresarán pronto. Ellos tienen que hablar cosas de adultos–le dijo la tía Sarah. El niño hizo un puchero.
–Oye, amiguito, si terminas la comida de la tía Sarah prometo más tarde llevarte a casa en el auto–le dijo Harry suavemente.
Pero Eddy se aferró aún más a su cuello con los brazos a la vez que empezaba a sollozar.
Louis miró a su tía con impaciencia. Sarah parecía no darse cuenta, o tal vez era que prefería no hacerlo.
–Me siento halagado, Eddy, pero, si te quedas aquí esta vez y cuidas de tu tía, prometo comprarte algo de camino a casa. – miró al niño a los ojos. – Lo prometo.
Todas las alarmas se dispararon en la cabeza de Louis.
–No deberías haberle dicho eso –le dijo a Harry en cuanto subieron al auto–. No deberías hacer promesas que no puedes cumplir.
–No me digas lo que tengo o no tengo que hacer, –le advirtió él, apretándose el cinturón de seguridad–. Y, créeme, yo siempre cumplo mis promesas. Te agradecería que no me dijeras nada hasta que lleguemos. Porque ahora mismo estoy lo bastante furioso como para perder el control. –le dijo, arrancando el auto.
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EL RECUERDO DE SUS CARICIAS [LS AP]
FanficTras una larga amnesia, Louis Tomlinson, un joven padre soltero que no llegaba a fin de mes, sintió que su vida volvía a encauzarse al conseguir una buena entrevista de trabajo en una gran empresa. Sin embargo, sus esperanzas murieron cuando se enco...