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Ya no residían en la autenticidad de la infancia. El vacío estaba dentro.
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La noche era profunda y oscura, y se extendía por kilómetros alrededor del pequeño aeropuerto rural. En algún lugar cercano, la madre de Sehun esperaba sentada en el coche, apoyando los pies en el salpicadero. Sin embargo, en ese mismo momento, había un silencio que rodeaba a los dos y que consistía únicamente en el sonido de las cigarras del verano y el susurro de las hojas. No había mucho que decir ahora. El tiempo transcurría, en la cuenta atrás de un eventual final que significaba tanto y tan poco—. Bueno, espero que te diviertas.
—Sabes que no lo haré.
—¿Por qué siempre tienes que ser tan malhumorado? —Chanyeol empujó el hombro de Sehun con el suyo, burlándose con una sonrisa de satisfacción—. Esta es probablemente la última vez que te veré durante mucho tiempo.
—Siendo realistas, aún volveré para las vacaciones y durante el verano —Sehun se encogió de hombros—. No es que no te vaya a echar de menos, ni nada por el estilo. Sin embargo, creo que me siento ansioso. Esto es todo lo que he conocido, todo con lo que me siento cómodo. No estoy preparado para aceptar la realidad. Que me voy. Que soy un beta.
—Lo siento.
En realidad no lo sentía, pero tenía la costumbre de asentir ciegamente. Los dos asintieron al unísono, observando el cielo. Aquí, la contaminación lumínica lo borraba todo como una paleta de acuarela enturbiada. Nada que ver con la claridad de los cielos del campo en las noches frescas. Los dos habían pensado, aunque en momentos diferentes, que la vida en la ciudad debía ser igual de confusa y confeccionada. Forzada, tal vez artificial. Ya no residían en la autenticidad de la infancia. El vacío se hacía presente.
—Te voy a echar de menos —Chanyeol admitió, con las manos en los bolsillos.
—Seguirás teniendo a los otros chicos —Sehun aseguró—: Pero lo entiendo. Yo también te voy a echar de menos.
Sehun nunca fue realmente alguien que fuera personal ni honesto con sus propios sentimientos, así que escucharlo confrontar su propia vulnerabilidad era genuino en sí mismo. Sin embargo, poco después, suspiró, apoyando las manos sobre su cabeza, preocupando ligeramente sus cejas.
—No quería tener que decirlo —exhaló—: Pero siento que debo hacerlo. Por si acaso.
—¿Qué? —preguntó Chanyeol, curioso.
—Es que... no sé realmente cómo expresarlo sin ser ofensivo, o raro, o... bueno... independientemente de lo que diga, ya sabes cuáles son mis intenciones.
—Claro. Adelante.
—Vivimos en la tierra de un alfa. Ambos lo sabemos. Y... es que... mi madre se preocupa por ti. Andas mucho por ahí. ¿Un alfa y un omega? ¿Pasando mucho tiempo juntos? Yo... tú... ¿Ves por qué sería protector, verdad?
Chanyeol se sonrojó, nervioso y de alguna manera ofendido, aunque sabía que Sehun no esperaba realmente eso de él.
—No, sí, yo... nunca se me ocurriría... hacer algo así, es que... no soy yo, ¿sabes? Los respeto demasiado a ti y a tu madre como para…
—Lo sé, fue una estupidez por mi parte sacar el tema —Sehun sacudió la cabeza, su voz se suavizó por primera vez, al parecer, mientras miraba los aviones mientras despegaban y aterrizaban—. El mundo es cruel con los omegas. Se aprovechan de ellos siempre que pueden. Quiero demasiado a mi madre como para dejar que le pase algo.
—Y por ellos, te refieres a los alfas, ¿verdad?
—Sabes que no es así, así que ni siquiera intentes actuar como si fuera eso lo que quiero decir. En serio.
Chanyeol asintió. Él no era de los que provocan una discusión, y su comentario no fue hecho por su propia ofensa, pero sabía a qué se refería Sehun. No le hizo enfadar, pero le dolió. Por qué no le iba a doler.
—Pero, también es solitario aquí afuera. Visítalo, comprueba cómo está de vez en cuando estoy fuera. Significaría mucho.
—Por supuesto.
La conversación era incómoda, pero había que tenerla. Como los mejores amigos que siempre habían sido, sonrieron y se abrazaron antes de que él se echara las maletas al hombro y se dirigiera a la terminal. Chanyeol sabía que lo volvería a ver, pero no pronto.
—¿De qué han hablado? —preguntó el Sr. Byun, arrancando el coche.
—Solo algunas despedidas —Chanyeol sonrió con incomodidad—. Voy a echarlo de menos.
—Oye, imagina cómo me siento yo. —Le miró a través de unas pestañas apenadas—. Pero todo irá bien. La vida sigue, ¿sabes?
—Sí.
El Sr. Byun sonrió para sí mismo, aunque Chanyeol podía jurar que había un brillo húmedo en sus ojos. En algún lugar del aire, un tufillo de algo como jarabe de fresa caliente.
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ꜥꜤ marbled molasses ⌁ ֶָ࣪ ˒ chanbaek 𖥔 traducción
FanfictionResumen: Sehun y Chanyeol eran amigos desde que nacieron. Hacían lo que hacen los adolescentes normales en los pequeños pueblos rurales, que en la mayoría de los casos desembocan en algún tipo de travesura. Al no tener una familia propia, siempre se...