Capitulo 47

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19 de Marzo. (Parte 3)

Stiles sigue intentando evitar que me caiga de cara al suelo. — ¿Dónde están tus amigos?

— Se fueron

Intento no pensar en todo lo que me provoca tenerlo tan cerca. El calor se convierte en algo más que un inconveniente, porque parece que su presencia equivale a cinco tragos más. Y el aroma de su perfume me deja achispada.

— ¿Todos? ¿Y tu cita?

Por alguna extraña razón, mi yo ebrio decide no corregirlo en la parte de cita. — Oh, ¿Danny? Probablemente esté más borracho que yo, créeme

Creo que se tensa un poco a mi lado mientras salimos de la casa. — ¿Te dejó sola?

— No es mi niñera.

Caminamos por la acera despacio — ¿Así que no estás con él?

Mis ojos están en el suelo todo el tiempo porque tengo miedo de tropezar con mis propios pies — ¿Eh?

— Pensé que lo habías traído como tu cita — su voz baja ahora que estamos lejos del bullicio y estamos solos. — ¿No estás saliendo con él?

Por mucho que me guste la idea de no decírselo, no puedo evitar reírme. Es el alma borracha que hay en mí. 

— ¿Qué es tan gracioso?

— Danny es gay.

Stiles se queda en silencio un momento, y no sé por qué la pausa dura tanto. No dice absolutamente nada al respecto y se limita a guiarme hasta su coche.

Me abre la puerta. — Sube. Con cuidado.

Cuando estoy adentro, rodea el jeep hasta que entra también y arranca el coche. Mis ojos vagan de un lado a otro — ¿Tiene nombre?

Sus ojos estaban fijos en el frente hasta que hago esa pregunta y me mira de reojo. — ¿Qué?

— Tu jeep.

— Eh, sí. Roscoe

Mis ojos se posan en el salpicadero del jeep. Mi mente me transporta de vuelta a diciembre. — Oh, hola Roscoe. Ha pasado mucho tiempo. Estás igual a como te recuerdo.

Siento los ojos de Stiles sobre mí por un momento — Espero que no estés esperando una respuesta.

— Estoy borracha, no tonta

— ¿Así que sólo hablas con objetos inanimados con frecuencia? — sé que refiere a la vez que me encontró hablando con una lápida en un cementerio.

Pero el recuerdo me hace estremecer, así que respiro profundamente e ignoro su pregunta. — En fin, Roscoe... no has cambiado nada. Me alegro de volver a verte.

Silencio durante unos segundos. Pero entonces lo escucho. — ¿Y qué hay de mí?

Su pregunta me hace girarme, solo para confirmar que no me estaba mirando — ¿Qué hay de qué?

— ¿He cambiado? ¿Te alegra volver a verme?

Mi corazón se aprieta. — Sí

Me mira de reojo un segundo. — ¿Cuál?

Pero aparto la mirada, sin querer prestar atención a su ridículamente perfecto rostro. — Me alegra mucho volver a verte. Pero no has cambiado nada.

Sigues haciendo que se me erice la piel con el sonido de tu voz, y la forma en que tus ojos se sienten en mí.

Stiles no dice nada hasta que alcanza la calle. — Voy a necesitar direcciones a partir de ahora.

Miro por la ventana, mi vista tarda en ajustarse y recordar dónde estábamos. — No puedo ir a casa.

Motel California - StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora