Lo ama, está seguro de eso.
Después de todo aceptó criar al fruto de su primer matrimonio fallido y le ha dado un lindo bebé de hermosas mejillas coloradas y una pequeña casita acogedora.
¿Su amor tan intenso será suficiente para soportar lo que le...
No, Seokjin no siempre lo tuvo todo, es el primero de tres hermanos cuyos padres estaban ausentes la mayoría del tiempo.
-Hyung, ¿Dónde está mamá? -Preguntó el menor de sus hermanos mientras subíaa la cama de su lindo hyung.
Seokjin solo pudo apretar al pequeño niño entre sus brazos al tiempo en el que lágrimas se formaban en sus ojos, ¿Cómo decirle que su mami no volvería hasta que saciara su sed de alcohol?
Le estrujaba el corazón saber que a sus amados padres les daba igual si sus hijos comían o no. Después de todo, para ellos primero estaba la bebida.
-Tus padres están muy mal.- Dijo la omega de cabello canoso tomando la mano de Jin sobre la mesa. -Yo no crie así a tu padre, y tu madre nunca fue así. Enserio no sé que les pasó.
-Tampoco yo abuela. -Respondió Seok en un susurro comiendo la sopa que su abuela cocino para el y sus hermanos.
¿Qué podía hacer un omega como él para que sus padres tomarán conciencia de sus actos y los descuidados que tenían a sus hijos?
-Seokjin, ven y ayuda a tu madre a llegar a su habitación. -Dijo su padre con voz ronca y cansada desde la puerta de entrada.
Si, también estaba ebrio.
Obediente a las palabras de su progenitor y acostumbrado a pasar por la misma situación, cargo (casi) a su madre hasta la habitación que compartía con su padre quien lo seguía para llegar también a la habitación y dormir por horas junto a su ebria omega.
¿En qué momento se acostumbro a esa vida? No tenía por qué hacerlo si solo tenía 13 años.
No tenía la obligación de ser una madre para sus hermanos y ocultares con mentiras porqué el alfa y la omega de la casa casi nunca estaban en esta pero...
Pero eran sus hermanos.
La diosa Luna sabía que los amaba tanto como a nadie más.
Eran ellos y sus sonrisas las que curaban su triste corazón y quienes siempre estaban con él.
Y aunque su vida se volvía un horror cuando la comida en su casa no era suficiente para alimentar a sus hermanos, tenía la suerte de vivir cerca de la casa de su amorosa abuela paterna (porque ni hablar de su horrible y amargada abuela materna).
No, Seokjin no siempre fue feliz.
Tal vez solo necesitaba alguien en quien apoyarse para sobrellevar todo.
Tal vez alguien.
Tal vez un amigo.
Tal vez un alfa.
Oh, bendito sea el momento en el que le pidió a la luna un alfa que lo amara.
Amor, vaya caso.
No era eso lo que necesitaba.
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