Se quedaron en silencio mirándose durante unos cuantos minutos, sin articular palabra, cuando Lucifer pasó nervioso a su lado dirigiéndose a la barra para servirse un vaso de whisky.
-¿Quieres una bebida detective? – preguntó con palabras temblorosas.
-No, gracias – contestó ella acercándose al sofá.
Lucifer se sirvió un vaso, lo bebió de un trago sin mirar a Chloe y volvió a servirse otro rápidamente. No la había visto desde la revelación de su cara y habían pasado ya casi tres semanas de eso. No tenía claro como debía reaccionar con ella, ni sabía el por qué ella estaba allí. Pensaba que después de enseñarle su lado diabólico, ella no querría volver a verlo nunca más y tampoco la hubiera culpado si hubiera sido así.
-Lucifer, ven, siéntate conmigo – le instó Chloe mientras se sentaba en el sofá.
Lucifer vaciló un momento, no teniendo claro si eso era una buena idea y después se acercó al sofá con cuidado, manteniendo una distancia suficientemente prudente con ella. Tras unos segundos, se sentó sin ni siquiera mirarla a la cara. Chloe resopló al verlo tan inseguro; este no era el Lucifer que conocía, el que no se asustaba con nada, el que era tan seguro de sí mismo y siempre exudaba confianza. Había desaparecido por completo y en parte era por su culpa. Tenía que arreglarlo como fuera.
-¿Cómo estás? – preguntó ella con una pequeña sonrisa.
Lucifer sonrió irónicamente, mirando un punto fijo al suelo y se quedó callado durante unos segundos, meditando bien su respuesta.
-No sabría decirle detective, no me había sentido así nunca.
-Lo siento mucho – contestó ella queriendo llamar su atención.
-No deberías ser tú quien pidiese perdón – respondió él mirándola a los ojos casi por primera vez desde que estaban ahí – no es culpa tuya.
-Pero te hice daño al huir de ti.
-Era la reacción adecuada al momento, detective – dijo él con un tono de resignación en sus palabras – es la reacción propia que cualquier persona tendría al ver un monstruo. No te culpo, de verdad que no, es difícil poder aceptar algo así y no espero que lo hagas.
-Pero Lucifer – contestó ella acercándose más a él – no eres un monstruo. Te conozco, llevo tres años trabajando contigo y eres todo lo contrario a eso.
Lucifer se alejó del intento de acercamiento de Chloe, poniendo más distancia entre ellos. A pesar de las palabras que ella le estaba diciendo, no podía olvidar el miedo que había visto en sus ojos cuando le enseño su rostro diabólico.
-Vi el terror en tus ojos detective... - dijo él con un suspiro de decepción – no puedes decirme que no soy un monstruo, cuando en ese mismo instante tú pensabas que lo era.
-Tienes razón, tenía miedo, mucho miedo. Pero entiende que cambiaste mi mundo cuando me mostraste tu rostro Lucifer. De pronto todo en lo que creía o más bien, no creía, apareció ante mis ojos. De pronto el diablo existe, Dios existe, el cielo y el infierno, todo se volvió aterrador para mí.
-Entiendo cómo te sientes detective. Todo esto ha sido muy abrumador para ti y por eso te dejé tu espacio. Realmente pensé que no iba a volver a verte.
-Lucifer – dijo ella mientras volvía a probar un nuevo acercamiento – nunca querría tenerte lejos. Nunca querría que desaparecieras de mi vida, ni aunque seas el mismísimo diablo.
Lucifer se quedó quieto y esta vez dejó que Chloe se acercara. Quizás debería aceptar lo que ella le estaba diciendo, al fin y al cabo, había venido a buscarlo cuando pensaba que la había perdido para siempre.
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Digno
RomanceLa historia se basa en una versión alternativa de la temporada 3 de Lucifer.