Con el pañuelo que traigo en el bolsillo del traje limpio la sangre que salpicó en mi rostro. Deposito en el cajón del escritorio el arma que utilicé para acabar con esos idiotas.
Busco el Whiskey en el minibar y sirvo el doble de lo habitual en el vaso. Trago el contenido de este entero y siento como el líquido quema mi garganta.
—Amigo, debes calmarte —pide Santino, provocando que me altere más.
—¡No me calmaré sabiendo que esas porquerías estaban planeando atacar a mi madre y a mi hija en Italia estando yo acá! —grito sin importar que todo el edificio me escuche—. Son lo único que tengo y mi deber es protegerlas. Las quiero acá lo antes posible.
—No llamaré a la mansión en medio de la madrugada para decirles que se monten en un avión hasta este país.
—Eso solo alteraría más a mi madre —digo bajando el tono de voz, tomando asiento detrás del escritorio—. La llamaré en la mañana y le diré que salgan de Italia a horas de la tarde para que estén acá el lunes temprano, eso nos dará tiempo de buscar una enfermera para ella.
La salud de mi madre es un tema que me tiene realmente estresado. La mujer es indestructible, un roble, como suele decir, y ha sido así siempre.
Hubo una corta época cuando era un niño, que recuerdo verla en cama, enferma, y aun así su semblante no cambió, se mantuvo fuerte para todos nosotros. Y ahora, que está presentando problemas cardíacos que deben ser atendidos no quiere dejar su semblante de mujer fuerte e independiente a un lado.
—A primera hora de la mañana contactaré a una agencia y te envío los expedientes —informa mi amigo desde el sofá de la oficina—. Antes me daré una ducha y cambiarme de ropa, no podemos entrar al hotel en este estado, levantaremos sospechas.
El rubio tiene razón. Ambos estamos repletos de la sangre de nuestros enemigos.
—¿Qué hay de malo en ser mafioso?
—Ellos no saben que le has dado otro sentido a la profesión...
(...)
He dormido un par de horas, pero han sido más que suficiente para recuperar la energía y seguir trabajando. En este tipo de mundo el dormir es un lujo.
Camino hasta el balcón de la habitación del hotel para admirar la vista. Los Ángeles es una ciudad nocturna, por lo que las primeras horas de la mañana de un domingo hay un silencio tranquilizador. Cierro por un minuto los ojos sintiendo la brisa tocar mi pecho descubierto. Sé que necesito calmarme un poco antes de que llegue mi familia. Verme estresado no será de ayuda.
Ha sido tragedia tras otra, los conflictos en Italia con las rutas, el que mi familia estuvo en peligro, el cargamento que debemos recibir...
—Lamento interrumpir tu momento... —Santino hace una pausa dramática buscando la palabra adecuada— ¿Espiritual?
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Ante Mis Ojos (PAUSADA)
Любовные романыTodo comenzó con un beso entre dos personas que se acababan de conocer en medio de un club nocturno, bajo la presión de muchos espectadores. ¿O todo comenzó cuando por accidente ella choca contra su figura? ¿O todo empieza cuando ella lo mira a la d...