10:
Harry PDV:
¿Qué le toma tanto tiempo?
Me recargué contra la pared en el pasillo del segundo piso mientras me entretenía viendo mi celular. Estaba esperando a Hannah. Sabía todo acerca de ella. Había ciertas ventajas que tenia siendo un criminal. Ella era lo opuesto a mí. Bailarina, buenas calificaciones, una virgen inocente. Sí, incluso eso pudé investigarlo fácilemente. Ella nunca había tenido una relación seria con alguién...
Habían pasado alrededor de diez mínutos y Hannah no terminaba de cambiarse aún. ¿Por qué mierda tardaba tanto? No estaba preocupado, sólo no quería matar a alguién hoy otra vez. La policia tenía unas cincuenta páginas de mi crimines de todas maneras.
Mis nudillos hiceron comtacto con la puerta de madera. Silcencio absoluto.
"¿Hannah? ¿Estas lista?" Traté de ser amable al principio, pero no tuvé ninguna respuesta de ella. "¡Perra! Abre la maldita puerta." Se escuchó el eco de mi voz en el amplio pasillo.
Agradecía que los chicos no se encontraran aquí. Estarían totalmente locos sí se hubieran enterado que había traído a esta perra aquí.
Toqué una vez más... Y otra vez, nadie respondió.
Sin importarme mucho, abrí la puerta y entré al cuarto. Cuandó la puerta se abrió por completo una sonrisa surcó mi rostro. Ella estaba recostada en la cama... A medio vestir. Un provocativo sostén para una niña de su edad... Pero mi expresión cambió abruptamente cuando noté que estaba inconciente. Troté hacia la cama, agarré su rostro entre mis msnos y lo sacudí.
Ninguna reacción.
"¿Hannah? Mierda." No reaccionaba.
Traté de recordar las estupideces que siempre decia Liam "Como salvar personas/Salvar vidas." Inmediatamente, alcancé su cabeza y me asegure que aún siguiera respirando. Después de asegurarme que su pecho bajaba y subía, la moví para que se quedara de costado. Mis ojos viajaron por su cuerpo. La mancha de sangre me recordó su herída. Un tiro limipio en la pierna.
Tomé una toalla y la coloqué debajo de su pierna. No era la primera vez que tenía que sacar una bala de alguién.
Tijeras médicas... Hilo y aguja...
Mientras buscaba por estos y otras cosas para sacar la bala de su pierna. La toalla se llenaba cada vez con más con sangre. Inmediatamente tomé su pierna y la coloqué sobre mi regazo, le heché un vistazo. Ella había perdido mucha sangre y tenía una hemorriagia fuerte. Tomé todas las cosas médicas.
Encontré la bala y la removí fácilmente. En parte, Hannah había tenido suerte porque no había tenido que sentir dolor. Quitar una bala de cualquier parte del cuerpo es muy doloroso. Hace tiempo, Niall gritó tan fuerte como para ser escuchado en todo el bosque, y teníamos tanto miedo de que lo escucharan, porque nos estaban persiguiendo.
Después, presioné la palma de mi mano sobre la hérida para que el flujo de sangre bajara notoriamente, agarré la aguja y el hilo, y comencé a coserla. Cuatro pulgadas fueron suficiente. Un vendaje, y estaría lista.
Mientras lavaba los utencilios que había utilizado, busqué una jeringa para llenarla con un tipo de droga, esta calmaba la hemorragia y el dolor de Hannah. Cuándo encontré un parche, caminé hacia mi cuarto para inyectarle la droga. Ella estaba acostada casi sin vida sobre mi cama. Su piel era pálida al igual que sus labios. Necesitaba medicinas, urgentemente. Había perdido demasiada sangre.
Agarré con fuerza su brazo y me dí cuenta que estaba helado. Rápidamente chequé su respiración por segunda vez. Aún respiraba, y su corazón aún latía.
Después, coloqué la jeringa sobre su brazo, persioné un pañuelo sobre el orificio de perforación para finalmente sellarlo con una benda. Su cuerpo estaba anormalmente frío, así que la levante, y coloqué la sabana blanca sobre su cuerpo para darle un poco de calor.
Según mis calculos, ella tendría que levantarse mañana temprano. No era tan tarde, así que me fui de mi cuarto, y corrí escaleras abajo llegando a la cocina.
Mierda... Tengo hambre.
Hannah PDV:
Me sentía débil, mis musculos se sentían como gelatína y me dolían las atriculaciones. Pero después de todo, la hérida en mi pierna no me dolía tanto. De repente, recordé los hechos... ¿Cuánto tiempo llevaba aquí?
Abrí mis ojos levemente para ver que seguía en el mismo cuarto que antes. Estaba en la cama en la cual había colapsado, si lo podía llamar de esa forma. Observé la ventana. Afuera, estaba obscureciendo, no debía ser tan tarde. ¿Las ocho de la noche tal vez?
Noté que una sabana me cubría. Afortunadamente, en la habitación no había nadie, así que no me tenía que preocupar por Harry. Empujé la sábanas y observé el bendaje en mi pierna, con una mueca en mi cara observé mi brazo izquierdo. ¿Una venda?
¿Me injectó algo?
Aún me sentía débil y cansada. Pero esas sensaciones desaparecieron cuando escuché a alguién subir las escaleras. Alguién se acercaba al cuarto. ¿Qué si era alguno de sus amigos? Podría apostar que ningúno me quería aquí...
Cubrí mis piernas rápidamente, y me dí cuenta que la parte de arriba de mi cuerpo estaba desnuda si no fuera por mi sostén negro. Recordé mis últimos movimientos antes de quedar inconciente.
¡Harry me vio desnuda!
Ahora, las pisadas se acercaban a la puerta. Inmediatamente, me coloqué en la misma posición que cuando desperté y cerré los ojos. Si la persona que se acercaba me veía dormia no tendría que responder ninguna pregunta, y no tendría que encarar a nadie.
"Buenas noches." Escuché la voz de un chico mientras entraba a la habitación. Era la voz del mismo chico que me había traído aquí. Harry.
La luz del pasillo iluminaba la habitación en la que estaba. Después todo volvió a ser negro. Esta vez no era porque estaba inconciente, no, era que Harry había apagado la luz y cerrado la puerta. Y estaba casí segúra que había oido como ponía segúro.
Escuché sus pisadas y después, como la cama a lado mío se sentía un poco más pesada. Mi cuerpo comenzó a temblar y mi corazón latió rápidamente.
De repente, su celular vibró. La luz iluminó el techo y pudé ver la sombra de su ruloso cabello, escribió algo en su celular y lo bloqueó de nuevo poniendolo a su lado. Estaba completamente negro otra vez, y se dejó caer sobre la almohada a lado mío.
Su cuerpo estaba a lado mío, pero para ser verdad, eso me relajaba. Ya que su cuerpo emitia calor, calentando el mío.
Tenía los ojos cerrados, pero sabía que su cabeza se encontraba a unos centímetros lejos de la mía. Podía, prácticamente, sentir su cabello en mi naríz. Podía oir su respiración, fuerte y clara.
Era una extraña situación que no hubiera esperado.
Rápidamente me sentí más cansada, mientras mi drama se esfumaba a la vez que quedaba dormida. Pero de repente, la cabeza de Harry se acercó dramáticamente y su respiración chocó contra mi piel. Mi boca estaba seca, mi corazón latía rápido contra mi pecho y mi respiración se atoró en mi garganta, cuando susurró algo con descaro a mi oreja...
"Sé que estas despierta bebé."
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The Danger's Eyes || h.s/ tran.
Novela JuvenilLas reglas son simples, síguelas, y él no las cambiara. Hannah es un libro abierto, no hay duda. Pero... ¿Qué es lo que hubiera pasado si ella no hubiera visto a él y a sus amigos robando esa pequeña tienda en el vecindario de Londres? Entonces...