5:00 PM: Taste of Solitude

Otherside.

No puedo evitarlo. Sigo revisando el perfil en línea que ella tiene desde el móvil. Cada vez que vuelvo a mirar, hay otro grupo de 100 chicas diciéndole que es una perra, una zorra, una inútil y un millar de insultos inmaduros y estúpidos.

Poco lo pude soportar y tomé un trozo de papel y un bolígrafo. Mis dedos escribieron con la caligrafía con la que fueron entrenados, un mensaje para parar lo que se consumía a la chica que amaba. Pero me detuve... No pude continuar, las palabras se me escaparon de la cabeza y luego volví a pensar.

Debía llamarle.

Tomé de nuevo el teléfono que descansaba en la mesa junto al trozo de papel con la pantalla hacia arriba y finalmente escogí el correcto.

—Taeyeon—llamé.

—Baekhyun—me respondió unos segundos después de haber escuchado mi voz.

—¿Estás bien?

—Sí.

—¿Quieres que salgamos? Te ayudará a distraerte de todo ésto. Sé que no lo estás ignorando.

—Ahora no.

—¿Entonces te quedarás en casa todo el día?
—Sí.
—No quiero verte así. Por favor.

Pero de pronto el molesto pitido de la llamada finalizada me aturdió. Odio ésto con fuerza, pero no me atrevo a hacer nada. Nada se me viene a la cabeza y por un momento no duele. Y es que a mi no me dolerá porque nada me hace daño, pero es a ella, y por ello debería sentirlo también. ¿Qué me sucede?

Comienzo a caminar de un lado al otro. En mi habitación, en la sala, de un lado al otro. ¿Pasé por tanto para tenerla en mis brazos para que al final, ella recibiera odio que no merecía?

El reloj ha avanzado, pero no lo he visto ni una sola vez desde que la llamé por segunda vez y decidió no responderme. Temía que hubiese dejado de lado mi llamada por hacer algo que le hiciera más daño. Ella cree que es su culpa, pero no lo es, no lo es en absoluto.

Entonces mi teléfono vuelve a sonar, es una de sus mejores amigas. Me temo que sea algo malo, mis preocupaciones crecen pues me había pasado el tiempo imaginando que clase de barbaridades se le podría ocurrir hacer.

—Baekhyun—me llamó, y espero que respondiera, cosa que fue inmediata.
—¿Qué sucede? ¿Está todo bien?—cuestioné de un modo apresurado y preocupado, no podía hacer otra cosa y recibir una llamada me era de ayuda.
—Llegamos a casa hace unos minutos, Taeyeon... Ella está bien ahora, pero, sería mejor si apresuraras tu paso y vinieras hasta aquí.

No eran necesariamente las palabras que quería escuchar, y mis latidos cardíacos se aceleraron en un periodo muy corto.

✫ ✫ ✫

Le veo entrar, aún no me podía haber permitido el cuestionar que era lo que sucedía a mi alrededor, había pánico creciente en mi interior y a la vez podía calmarme con tan sólo tocar el suave pelaje negro de Ginger. Está recostado a mi lado, haciéndome compañía como siempre.
En la cara del individuo que recién se hacía paso a mi concurrida habitación podía notar que estaba preocupado, sus mejillas estaban rojas, sus ojos se veían pequeños sin el maquillaje e hinchados como si acabase de tener un maratón de lágrimas o unas buenas horas de sueño. Tan sólo espero que haya sido la primera.

—Han pasado 72 horas desde que el mundo nos vio—comenté.
—Y no han sido las mejores 72 horas de tu vida, ¿O sí?—respondió.

Doblo mis rodillas, cubiertas por una sábana, qué pregunta más estúpida. Vuelvo mi mirada a mi cachorro que no se ha movido demasiado.

—¿Qué sucedió, de cualquier modo?—pudo notar mi incomodidad inmediata y se resignó a utilizar aquellas palabras como modo para arreglar las cosas.
—Es lo mismo que me estaba preguntando—dije, en un tono seco y bajo, el cuál aún era audible por el silencio de las demás de mis miembros.
—Fui a su hogar, para encontrarme con ella en el suelo. Su piel estaba descolorida y Ginger sollozaba a su lado—respondió Yuri la pregunta de ambos.

—¿Cómo te sientes?—me cuestionó Yoona, acercándose con pasos cortos a donde me encontraba.

Aún luego del estado en el que me había encontrado por tiempo que desconocía, me siento mejor, pues no me encuentro sola, estoy acompañada de 9 de las personas que más amo y que ellas me aman de regreso.

Todo éste tiempo he estado olvidando las palabras de qué personas realmente importan cuando se vienen tiempos de neblinas. Miré a Baekhyun, quien mantenía en su rostro ese gesto de genuina preocupación, alzando sus cejas, esperando la misma respuesta que esperaban las otras 8. Su rostro es pequeño, sus labios están rosados y sus ojos mantienen ese pequeño tamaño en los que los había visto numerosas veces antes; por las noches cuando la presión y los nervios no lo dejaban dormir, en esos momentos yo me preocupé por él y él ahora mismo me demuestra que le ha sucedido lo mismo. No culpo a esas millones de chicas que se le lanzan a los tobillos casi todos los días al ver sólo su rostro, y supongo que como yo recibo su preocupación y atención —como en éstos momentos—, ellas no pueden hacer más que intentar derrumbarme.

Él no necesita demostrarle al mundo que me ama y que haría cualquier cosa por defenderme, él —y en situaciones como ésta, yo—sólo necesita demostrarme a mi que estaría en cualquier momento por mi, aunque yo me moleste en rechazarlo por probarme a mi misma que yo puedo manejar todo.

Una sonrisa apareció en mi rostro.

—Me siento bien.