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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'In Care Of' de Fangs_Fawn.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/Fangs_Fawn/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/1023625

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Un mago puede convertirse en animago de dos maneras: mediante la transfiguración o mediante la poción de animago. James Potter, por ejemplo, al estar especialmente dotado para la Transfiguración, había elegido ese medio para orquestar su propia transformación y la de sus amigos. Realizaron el hechizo de forma ilegal, y con gran riesgo personal para ellos.

La transformación de Severus Snape fue tan ilegal -y peligrosa- como la de los Merodeadores, pero ahí terminaba el parecido con su escapada. Snape, dotado para las Pociones, eligió esta vía (posiblemente más peligrosa) para realizar el cambio. Además, era un mago adulto y plenamente cualificado cuando se sometió a la transformación en condiciones más seguras y responsables, con un mago poderoso y más experimentado a mano para ayudar en caso de que algo saliera mal. Y sus motivaciones para llevar a cabo el hechizo eran muy diferentes a las de los Merodeadores. James Potter, Sirius Black y Peter Pettigrew (con la complicidad de Remus Lupin) se sentían aturdidos por su propio talento y deseosos de entregarse a la rebelión adolescente. Snape, impulsado por su propia y desesperada necesidad de expiar los errores de su juventud, sólo esperaba aumentar sus capacidades de espionaje para la Orden.

Albus Dumbledore se había puesto muy serio cuando Snape le propuso el plan por primera vez.

–Te das cuenta, muchacho, de que es un procedimiento muy arriesgado –le recordó suavemente a su antiguo alumno–. Aparte de la ilegalidad del asunto, que no debe pasarse por alto si el Ministerio se entera, hay muchas cosas que pueden salir mal.

–Estoy preparado –respondió Snape con calma. Sus ojos negros, como siempre, no delataban nada.

Los azules penetrantes de Dumbledore estaban más abiertos.

–Recuerda también, Severus, que el riesgo puede ser inútil al final –añadió–. No puedes elegir la forma que adoptará tu yo animago. Por lo tanto, si el resultado es algo parecido a, por ejemplo, un yak tibetano, habrás corrido el peligro por un resultado que, perdóname, será de muy poca utilidad para las actividades clandestinas.

–Sólo podemos intentarlo –había respondido Snape, con un extraño brillo en sus ojos negros. Y sin más preámbulos se había bajado la poción humeante de un tirón. Había algo casi fatalista en su mirada que preocupaba al mago mayor, pero ya no había vuelta atrás.

Resultó que su nueva forma no podía ser más propicia para el espionaje. Pequeño, nocturno y lo suficientemente común como para no ser notado por los observadores casuales (los murciélagos de la fruta, por supuesto, son de naturaleza tropical, a diferencia de sus primos insectívoros); capaz de volar y con un oído muy sensible, su yo animago parecía hecho a medida para el trabajo. Dumbledore estaba encantado (entre otras cosas, porque Snape salió intacto de la dolorosa transformación), y Snape estaba bastante satisfecho... aunque habría preferido un animal más digno. Y uno con el que no hubiera sido comparado desfavorablemente en numerosas ocasiones por sus detractores.

Sin embargo, ya estaba hecho, y como murciélago y agente doble había podido obtener más información valiosa sobre Voldemort y sus seguidores que todos los inefables del Ministerio juntos. Ayudaba que sólo un hombre supiera que era un animago: Albus Dumbledore. Ni siquiera Voldemort sospechaba.

Snape pensaba a veces, con una sonrisa seca y sin humor, que los alumnos podrían haberlo adivinado si lo hubieran intentado. Ya se referían a él como un 'murciélago grande (además de un 'imbécil grasiento') a sus espaldas. Pero, por muy tentador que fuera, nunca utilizaba su forma animal para intentar atrapar a los alumnos que hacían mal. Ni siquiera a Potter. No, hizo la transformación por una razón, y sólo por una razón: para ayudar en sus intentos de acabar con Voldemort. Que los Merodeadores se dejen tentar por las incursiones nocturnas en la cocina y las excursiones prohibidas; a él, Snape, le gustaba pensar que tenía más autodisciplina. Nada debía interferir en la caída de Voldemort.

In Care Of - Fangs_FawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora