𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

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Unidad.

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-¿Mejor?-Mikasa me miró, mientras yo tomaba un sorbo de agua, sintiéndome agotada, ella estaba delante de mí observándome preocupada.

-Si. Gracias, Mikasa... -agradecí, sentada en la carreta, observando a los demás aún en un círculo.

-¿Un hermanito para Noah?-rodee los ojos ante el comentario amargo de Pieck, quien yacía también delante de mi, aún lado de Mikasa quien estaba más seria en la situación.

-No lo creo.-afirme yo, mientras que ella se removió un poco, dejándome ver a Armin con los demás, él intercambió miradas conmigo.-Espero que no.-afirme, absorbiendo más agua.

-¿Hay algo que no me has dicho?-pregunto Pieck, observando cómo yo miré a Armin ante su anterior comentario, sigo temerosa.

-Muchas cosas.-expresé, mientras que Mikasa pareció sonreír de lado, porque pese a que. O era mi hermana de sangre, estaba al tanto de todo.-Lo siento. No creo que haya tiempo para chismosear mientras el mundo se está acabando.-expresé, viendo como Pieck rodeo los ojos.

-Connie, Armin, Mikasa... Jean. Quiero disculparme por mi comportamiento anoche. Estábamos equivocados.-alce la mirada al igual que Mikasa la dirigió al general Magath, quien se dirigía a los chicos, incluyéndola a ella.-Hablar tan imprudente sobre justicia y estar aquí ahora, yo trate de probar escandalosamente que teníamos razón. Porque tenía miedo de verme a mi mismo un despreciable Marleyano. Ustedes no tienen la culpa, estuvo mal acusarlos por los pecados de sus antepasados.-decía, para así girarse, como si buscara una mirada; era la mía.-Pieck, Amaya, Annie... Reiner, ustedes tampoco tenían la culpa. Los obligamos a que sé convirtieran en esto que son hoy en día.-nos dijo, mirándonos apenado y avergonzado, pero su expresión de impotencia cambió a tristeza mientras miró sus manos.-Participe en la triste y injusta muerte de su madre, Mía, cuando apenas eran unas niñas. Aún puedo escucharte gritar... aún escucho como ella pide que la ayudara, y aún así, lleve a sus hijas al infierno. Perdónenme.-expresó él, mirándome a mi y a Pieck, quien se tenso al igual que yo.-Aún así, tenemos la responsabilidad de no olvidar esta historia llena de sangre, y transmitirlas a futuras generaciones.-añadía.-Eren Jeager intenta destruir todo, no puedo permitirlo. Si seguimos ignorando nuestro tonto comportamiento, este infierno nunca terminará. Así que les ruego, solo por ahora, pretendan que no ven nuestras tontas acciones... -se bajo en un gesto de mostrar respeto, mientras que yo me levante de la carreta, porque también pelearía junto a los míos en esta ardua situación.

-Me rehusó.-mire detenidamente a Armin, y como se colocaba delante de sus compañeros, esos los cuales han estado juntos por años.-Como podemos estar aquí fingiendo que tenemos razón, sin ensuciarnos las manos... -musitó.-Tengo un plan.-indicó, por lo cual todos esperanzados, le observamos.

Con fuerza apreté las correas de mi equipo de maniobras tridimensionales, ajustándolo a mi cadera. Pesaba, pero no tanto como él que solíamos usar años atrás. Coloqué aquella verdosa capa encima de mi, mientras observaba como los demás también se preparaban para ejercer el plan de emboscada. No sabríamos si saldría bien, no sabríamos si alguien saldría herido, solo se que si no nos ensuciábamos las manos, no podremos rescatar a los Azumbito; y sin eso, claramente no alcanzaremos el retumbar. Los caballos estaban listos, nosotros quizás lo estábamos, porque no del todo realmente. Era un momento de tensión, si fallábamos, caeríamos y la esperanza de salvar al mundo, con nosotros. Los niños se quedaban, el capitán Levi junto a Yelena y Onyankopon también, no serían parte de esta pelea, aunque quisieran. Con nosotros era suficiente, y los cinco titanes que cargábamos también. Observe el caballo delante de mi, pero en si, estreche mi mano para apretar la de Armin, montándome detrás suyo, cabalgaría junto a mi. Sería más real para los Jeageristas reconocer a otra persona con un poder titánico apoyar sus creencias en que el retumbar, debía continuar. Aún lado de nosotros, Connie estaba preparado también, así que tan solo respire hondo, observando a los demás. Ya debíamos partir.

𝐏𝐀𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋──  𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora