4) She's a Rainbow (Oneshot)

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Resumen: Orión tiene una gran pasión por el dibujo, pero cuando conoce a Adhara su pasión por este se dispara.

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-¿De nuevo estás mirándola?

La pregunta a Orión lo tomó por sorpresa. Estaba en el recreo de la escuela pero, a diferencia de todos los otros niños, él no jugaba.

-No, solo miraba el cielo.-mintió el muchacho evadiendo a Kamaria.

-¿Algo interesante allá arriba?

-Solo nubes, y de vez en cuando una nave pero nada más.

Kamaria decidió dejar tranquilo a su hermano y continuó con lo que estaba haciendo, que era jugar a las vencidas con otro de los niños de la escuela.

Obviamente, Orión le acababa de mentir. No era el cielo lo que dibujaba, sino que a otra persona muy diferente.

Ella tenía su edad y era, a los ojos del menor de los trillizos, lo más hermoso del universo después de su madre.

Su cabello era largo y sedoso de un tono miel, aunque más claro que el de sus dos primas. Su piel de un tono sonrosado que al niño le recordaban unas raras flores que había visto con el tío Peter. Sus ojos azul brillante como estrellas. A los ojos de Orión, Adhara era tan bella como un arcoiris.

Orión estaba acostumbrado a estar solo durante los recreos. No porque fuese tímido o porque la gente lo aislara. Se aislaba intencionalmente porque solo quería dibujar en paz.

Por eso fue tan raro cuando sintió que alguien estaba cerca de él.

-¿Qué haces?-preguntó una vocecita femenina.

-Nada.-respondió el niño sin despegar la vista de su cuaderno.

-¿Te molesta si me quedo aquí?-dijo la voz.

Orión se levantó para decirle que quería estar solo, pero los ojos celestes de Adhara le cortaron la palabra.

-Disculpa... Solo... No te preocupes...Yo...-el pobre se puso tan nervioso que llegó a tirar su cuaderno abierto.

La niña se quedó mirando fijamente el cuaderno del muchacho. Orión miró y se dio cuenta que lo que Adhara veía era un dibujo donde aparecía ella en uno de los juegos del patio.

El pobre entró en pánico. Agarró su cuaderno y se largó de ahí corriendo.

-¡Espera, olvidas tus lápices!-gritó ella pero el muchachito ya estaba lejos.

Orión la evitó todo el día. Se sentía mal. Ahora que Adhara había visto sus dibujos de ella pensaría lo peor y no tendría oportunidad de hablarle de frente.

-¿Estás bien?-le preguntó papá al ver lo desanimado que estaba, pues Orión se encontraba con su cuaderno en frente y los ojos en blanco.

Mamá intentó acariciarle el cabello para darle ánimos y en ese momento sus antenas se encendieron.

-Cielos... Está muy avergonzado.

-Adhara vio mis dibujos.

-¿Y eso qué tiene de malo? A mí me gustan.-opinó papá.

-Justo era un dibujo de ella.

-¿Por qué la dibujabas?

-No quiero hablar de eso.

-Orión, somos tus padres. Puedes confiar en nosotros.-intervino mamá.

Orión suspiró.

-Es que ella es muy bonita y amable y por eso la dibujaba.

-¿Has hablado antes con ella?-preguntó papá.

-Sí. Hemos hecho algunas tareas juntos incluso.

-¿Y es la primera vez que ve uno de tus dibujos?

-Sí.

-¿No estaba enojada?

-No. Aunque gritó una cosa pero no supe qué era.

-Podrías preguntarle mañana.-aconsejó mamá.

-¿Y si se enoja?

-No lo creo. Digo, no es como si la estuvieses acosando o algo.

Orión decidió seguir el consejo de mamá. Además papá decía que parte de ser valiente involucraba ser consciente de las consecuencias y esta era una de esas consecuencias.

Así que, al día siguiente, mientras esperaba para entrar al salón, se mentalizaba con lo que le debía decir a Adhara.

-Orión.

La voz de la muchachita lo tomó por sorpresa.

-Oye... Lo siento por lo de ayer... Es que suelo dibujar mucho y...

-No estoy enojada. Te quería devolver tus lápices.-explicó Adhara sacando la cajita de lápices de colores.-Los dejaste tirados ayer.

Orión la tomó con algo de timidez.

-De hecho tu dibujo de mí era bastante bonito.-sonrió.-Lo que aún me pregunto es por qué dibujas tanto.

-Me gusta hacerlo. Es relajante y además me ayuda a concentrarme a veces.

-¿Y a mí por qué?

-Bueno... Pareces un arcoiris.

-¿Un arcoiris?

-Eres alegre y bonita como uno. Cuando digo bonita no hablo solo por fuera sino de corazón.

Adhara se puso un poco más roja.

-¿Te gustaría mostrarme más de tus dibujos después de clase?

-Si no te molesta sí.

Los dos niños entraron a clase. Cuando esta terminó, ambos salieron calmados al rincón donde Orión se quedaba dibujando y este le mostró algunos de sus dibujos.

-Algunos los hice una vez que fuimos a la Tierra con mi familia. Por eso tal vez te resulten extraños.

-¿Eres de allí?

-No, mi tío Peter es de ahí pero a veces viajamos allá.

-¿Puedo dibujar yo?

-Si quieres.-respondió Orión entregándole una hoja y dejando la caja con lápices en el suelo.

Cuando Adhara terminó, miró a su amigo.

-¿Quieres ver lo que dibujé?

El niño asintió y ella le mostró su dibujo. Era él, como acostumbraba a quedarse dibujando durante los recreos.

-Oye dibujas genial.

-¿Quieres quedártelo?

-Quiero que lo conserves tú. Si quieres dibujar de nuevo te puedo prestar más hojas.

-Me encantaría.-sonrió ella.

Cuando mamá vino a buscarlos, Orión fue el primero en abrazarla.

-¿Y bien?-preguntó ella.

-Le gustan mis dibujos.

-Creo que aparte le gustas tú.-acotó Kamaria sonriendo pero una mirada reprochadora de mamá la mandó a callarse.

Bitácora de los miniguardianes de la galaxia (NextGen) (Shots, quotes y más)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora