3: Blame it on the kids

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—¿Qué voy a hacer? ¿Saltar desde un séptimo? —Childe sonrió, entrando en la habitación, y girándose para mirarlo, aún sonriendo—. No gracias, me gustaría vivir mi miserable vida, ¿sabes? —cerró la puerta antes de que pudiera decir nada, dejándolo plantado en medio el pasillo. Zhongli suspiró, sin moverse del sitio. Había podido ver por sí mismo que Childe era alguien conflictivo, pero lo más grave que había hecho por el momento fue pedir que pusieran marisco en el Huo Guo. Le había parecido un poco sospechoso que buscaran que alguno de los agentes de rango medio se ocupara de un asesino en serie condenado a cadena perpetua, sin mencionar que el intento de engatusarlo con la excusa de rebajar su condena era demasiado irreal como para que alguien creyera una mentira como esa.

Zhongli suspiró, mirando la puerta del cuarto aún cerrada. Apenas le habían dado instrucciones sobre cómo tratar con Childe, parecía como si lo hubieran dejado a su suerte. En realidad no le molestaba tanto, prefería usar sus propios métodos que seguir instrucciones de algún incompetente de alto rango. Simplemente le resultaba todo demasiado sospechoso.

Llamó a la puerta, sabiendo que muy probablemente el pelirrojo se iba a molestar por eso.

Tras varios segundos, Childe apareció con el ceño fruncido, mirándolo con una expresión de evidente enfado.

—¿Qué quieres? —preguntó, cruzándose de brazos y apoyándose en el marco de la puerta, su ceño fruncido aumentando a cada segundo que pasaba.

—Deberías probarte la ropa que has comprado —Childe agrandó un poco los ojos, sorprendiéndose por lo que le había dicho. Su reacción no pasó desapercibida para Zhongli—. ¿Ocurre algo?

—No, nada... —carraspeó, enderezando nuevamente su postura—. Pensé que me ibas a estar jodiendo con cosas de la investigación, y eso. Me probaré la ropa, sí... —Childe fue a cerrar la puerta de nuevo, pero se quedó quieto durante varios segundos, regresando su mirada a las orbes doradas—. Que sepas que no voy a poner ni un mínimo empeño, no voy a jugar a ser un detective —siseó, cerrando la puerta tras decir esas palabras. Zhongli se quedó callado, suspirando y girándose para ir a su dormitorio.

Cerró la puerta en cuanto estuvo en el cuarto, quitándose los zapatos con desgana y colgando la gabardina en la puerta del armario, para luego tirarse a la cama boca abajo, rebotando varias veces sobre el colchón. No eran ni las seis de la tarde, pero se encontraba exhausto. No esperaba tener conversaciones largas y agradables con Childe, ni siquiera que le fuera a dirigir tanto la palabra... Y en parte le sorprendía que hubiera resultado de esa manera, aunque su agresividad y malos comentarios le hacían querer lo contrario. Había vivido solo durante bastante tiempo, y apenas se llevaba bien con alguien más aparte de Hu Tao y Yanfei. Al parecer las cosas tampoco iban a ser muy diferentes con su nuevo socio, y además, iban a tener que estar juntos todo el tiempo durante quién sabe cuántos días. Quizás lo mejor sería buscar cosas en común entre ambos, aunque no estaba muy seguro de si Childe tendría muchos pasatiempos (a parte de pelearse con otros presos), pero teniendo en cuenta las limitaciones de prisión dudaba que fuera de esa forma.

Suspiró, girándose para quedar boca arriba, mirando al techo. Los dos eran bastante jóvenes, deberían entenderse, ¿no? Aunque solo fuera un poco. Por lo menos no parecía ser tan agresivo como en un principio había intentado mostrarse (sin tener en cuenta ciertos momentos), aunque claro, aún faltaba por ver.

Sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón al sentir como este había empezado a vibrar. Hu Tao lo estaba llamando. Zhongli atendió a la llamada con un bostezo, colocando el modo altavoz para así no tener que estar sujetando el aparato constantemente en su oreja.

—¿Cómo estás Zhongli? —lo saludó ella con su típico tono alegre. Zhongli miró el techo, soltando un largo suspiro.

—Cansado —respondió, escuchando una risa como respuesta.

𝙍𝙚𝙙𝙚𝙢𝙥𝙩𝙞𝙤𝙣 [ 𝘼𝙐 𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙘𝙝𝙞 +18 ] 𝙍𝙚𝙢𝙖𝙠𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora