Capitulo 4

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Alexander.

Café…

Antes lo detestaba, pero ahora se ha vuelto indispensable para mi día a día, me permito disfrutar de su aroma antes de dar el primer sorbo.

«Delicioso»

Saco mis audífonos y mi teléfono para buscar entre mis contactos a una de las pocas personas con las que puedo actuar sin filtros, empiezo una vídeo llamada y espero unos segundos hasta que contesta.

—¿Y este milagro? —Le doy una pequeña sonrisa—creí que ya me habías olvidado.

—Eso jamás, Jenni. —Le respondo a mi mejor amiga.

Jennifer ha sido mi mejor amiga por cinco años, es la única amistad verdadera que dejé mi vieja ciudad, antes de mudarnos me ofreció quedarme con ella y su familia, pero la rechacé, porque entre sus planes de vida esta mudarse a España en unos años así que tarde o temprano nos tendríamos que despedir.

—Si, claro —Voltea los ojos—¿Bueno qué chisme me tienes? ¿Qué tal la ciudad? ¿Ya tengo una nueva cuñada?

Su última pregunta hace que le dé una mirada cansada.

—No he tenido tiempo de conocer bien la ciudad, con el ajetreo de la mudanza y las pruebas para la universidad no he tenido tiempo para eso —todo este mes a sido una locura, sólo existe un lugar en esta ciudad al cual me he dedicado a visitar—, tampoco para conseguirte una nueva “cuñada” —hago comillas con mis dedos.

—Que aburrido eres —me responde—¿Por qué no tengo un mejor amigo más interesante?

—Por que solo yo te tolero… —Digo por lo bajo.

—¡Oye, te escuché! —parece que me atrapó.

—Te tengo un chisme —le comento antes de que se enoje en serio.

—Más te vale que sea bueno o te cuelgo.—Me amenaza.

—Tengo un mensaje de Mariana —Jennifer se pone sería, sabe que no estoy jugando—me llegó esta mañana.

—¿Cómo obtuvo tu número? —Jennifer hace la pregunta obvia.

—Ni idea —Le respondí.

Sé que Jennifer no es la responsable de filtrar mi número, ella conoce el problema que existe detrás de la existente llamada, Mariana Reyes.

Nunca he sido de muchos amigos, las personas, incluyendome, viven con máscaras y desde que mis padres murieron he podido distinguir poco a poco lo que ocultan detrás de ellas. Jennifer utiliza una máscara muy similar a la mía y lo que oculta detrás de ella es igual de parecido, por eso se ha ganado el puesto de mi mejor amiga. Sólo una vez mis ojos se cegaron y eso me trajo por el camino que nos lleva a esta conversación…

—No entiendo porque no te deja en paz,—noto la molestia en su voz—¿Qué harás al respecto?

Ya esperaba esa pregunta—Por el momento solo la voy a bloquear —es la única respuesta que tengo.

—Pero… —Interrumpo a Jennifer con un pequeño gesto de mi mano, para tomar un poco más de café—Odio cuando me interrumpes solo para tomar café, ¿es que acaso no puedes escuchar y beber a la vez? —Me da una mirada asesina y le doy una sonrisa.

—Es que me gusta disfrutarlo —Jenni voltea y me da una mirada cansada—además, sé que dirás que bloquearla no es la solución, obvio aún tiene mi número —aclaro el punto principal—. Puede buscar otro con el cual molestarme —Tomo un poco más de café—, pero tengo la distancia a mi favor y mejores cosas en que pensar.

—Está bien. —Jennifer me da la razón y cambiamos el tema.

***

Cuando regreso a casa para el almuerzo, dejo mi mochila en la sala y me dirijo al comedor, mi tía Lennys y Marcos ya habían empezado a almorzar.

—Buen provecho. —Utilizo esa frase como saludo.

—Gracias. —Responden al unísono y mi tía busca levantarse para servir mi comida.

—Tranquila, yo puedo sólo —le indico dirigiéndome a la cocina—, ¿Y mi tío? — pregunto cuando regreso con mi plato.

—Llamó para avisar que llegaría más tarde, tiene asuntos que atender —mi duda es aclarada mientras tomo asiento y mi tía continúa—también me comentó que su jefe nos invitó a una cena con su familia en un club muy exclusivo. —Mi tía comenta emocionada.

—¿En serio mamá? —Marcos pregunta.

—Sí.

—Espero que se diviertan. —Esas palabras salen de mi boca antes de que yo mismo las procese.

—Alex… —Recibo una mirada triste de mi tía—tu también irás, eres parte de esta familia, eres nuestro…

—Sobrino, —la interrumpo, no quiero escuchar lo que continúa—, al cual han cuidado y criado, siempre estaré agradecido por eso —me levanto de mi asiento —En realidad no tengo hambre, me iré a conocer un poco la ciudad. —Antes de salir del comedor, escucho la voz de mi tía.

—Alexander. —Me detengo, aunque no sea un grito el que me llame por mi nombre es suficiente para saber que está molesta—Promete que irás a la cena.

Aprieto un poco mis puños—Lo prometo —respondo, sin dar la vuelta tomo mi mochila y salgo de la casa.

***

Necesito paz…

Aún no conozco bien esta ciudad, pero en el poco tiempo que pude invertir para conocerla pude encontrar un lugar que me transmite esa paz que necesito, un parque, lleno de espacios para correr, artistas callejeros y un área boscosa.

El lugar me pareció muy interesante la primera vez que lo vi, me enteré que fue construido como parte de la conmemoración de la fundación de la ciudad de hace 30 años, cada década en esta ciudad se construye, se inaugura o se realiza una gran obra como símbolo de prosperidad. Este gran parque es uno de ellos.

Dentro del área boscosa, en su centro hay un puente, que atraviesa un pequeño arrollo artificial que alimenta el bosque, el lugar al que me dirijo no es prominente el puente.

Mi destino es una pequeña banqueta cerca del mismo la cuál recibe una sombra permanente de un gran árbol, en ese lugar sentado en silencio, rodeado de árboles y el sonido del agua fluyendo cerca de mí, encuentro una tranquilidad que solo es interrumpida por uno que otro transeúnte ocasional.

Saco un libro de mi mochila y me dispongo a leer.

Leer es mi escape, me permite vivir otras vidas, tener nuevas experiencias, liberarme de mis problemas y existir en un plano diferente, leer y sentir cada palabra, cada sentimiento y conocimiento transmitido.

Entonces algo llamó mi atención, una melodía se escucha cerca de mí.

Entre Dos Corazones Rotos (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora