capitulo 7

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Violeta.

Una moneda.

No puedo dejar de observar la moneda que ese chico me dio, él se estaba burlando de mí, estoy tan molesta. Javier me recogió en el parque y me está llevando a casa, sé que pudo notar mi estado de ánimo y mis ojos rojos.

—¿Se encuentra bien, señorita Violeta? —me pregunta mientras me ve por el retrovisor.

—Sí —le respondo—, No te preocupes.

Luego recibo unos mensajes en mi teléfono.

De: Andrés BFF.

"Hola"

"Disculpa, sé que dijiste que estarías ocupada y debes estar cansada"

"Pero estoy súper aburrido, ¿Puedo pasar a verte?"

"Di que sí, Violet"

Mientras escribo una respuesta recibo otro mensaje de Andrés, esta vez, es una foto suya con una mirada triste.

«Tramposo, conoce mi debilidad» pienso al ver la foto.

Yo:

"Está bien, puedes venir en una hora"

De: Andrés BFF

"Te quiero mi Violet"

Con o sin la foto igual aceptaría, necesito divertirme un poco.

Al llegar a casa subo rápido las escaleras, veo a Nana de reojo y la saludo, no quiero que vea mis ojos rojos. Entro a mi habitación, dejo mis cosas y entro al baño. Poco después escucho a alguien tocar la puerta de mi habitación.

—Mi niña, ¿Está todo bien? —escucho a Nana hablar desde el pasillo.

—Sí, es que necesita ir urgente al baño —le respondo.

«Qué creativa eres Violeta» me reprocho mentalmente.

—Entiendo, mi niña —escucho una pequeña risa después de su respuesta.

—¡Nana! —la llamo antes que se retire—Andrés vendrá de visita en un rato, por favor dile que suba cuando llegue.

—Está bien, preparé algo para que compartan —escucho la propuesta de Nana.

—Gracias, te quiero.

—Y yo ti, mi niña.

***

Después de darme una ducha y arreglarme reviso una vez más mi clarinete, al parecer la caída dañó una de las agujas, tendré que llevarlo al lutier para que pueda revisarlo.

Escucho que tocan a mi puerta —Violet, ¿Puedo entrar? —es Andrés quién toca.

—Sí, adelante. —Le permito entrar.

—Hola ¿Qué tal tu ensayo?

—Hola, estuvo muy bien —le respondo mientras continúo revisando mi clarinete.

—¿Qué tiene tu clarinete? —Andrés se percata de la situación.

—Después de salir del ensayo fui al parque y se me callo, —le explico—parece que una de sus agujas se dañó.

Dejo mi clarinete en una base que tengo en mi habitación y me siento frente a mi computador.

—Ok, entiendo —me comenta mientras se acuesta en mi cama—oh, parece que yo si tengo buena suerte hoy.

Entre Dos Corazones Rotos (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora