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Era la tercera vez que Minho le pedía a su novio que se vieran en la tarde, y milagrosamente éste le había aceptado.

Se lo llevaba pidiendo ya dos veces y siempre terminaban cancelando sus planes. Jisung siempre se excusaba con lo ocupado que estaba en su último año de estudios ya que quería terminar con notas altas.

Claro que el mayor lo entendía, pero ya no tenían nunca tiempo juntos. Cómo pasaba antes.

Recordaba así sus comienzos con nostalgia.

Cómo cuando se conocieron en esa feria vocacional que organizó el Instituto de Preparación, allí estarían asesorando a jóvenes que terminaban sus estudios básicos para postular a una Universidad.

Minho era un nuevo practicante, quería prepararse en ese lugar lo suficiente para estudiar en la capital y terminar por dejar su pequeña ciudad. Recién se había graduado, tenía muchos sueños y metas por cumplir.

Y por otro lado, un Han aún indeciso sobre su futuro convenció a sus amigos de ingresar para informarse un poco. Faltaban unos años para graduarse pero quería saber acerca de la carrera que sería la indicada para él.

Luego de estar un rato paseando, sus ojos quedaron puestos en un lindo chico con cabellos negros, ojos oscuros y sonrisa fina, quién lo distrajo completamente de su objetivo inicial.

El menor se acercó para hablarle con mucha confianza.

Pronto le había insistido tanto en salir a tomar algo fuera de allí que terminaron escapando para ir a una cafetería y conversar. Aunque eso le traería algunos regaños a Minho, aquel simpático chico con sus bromas tontas lo había convencido sin problemas.

Hablaron durante horas y rieron cómo si fueran amigos de toda la vida.

Quedaron en verse en ese mismo lugar pronto. Y así fue, durante varias semanas y meses, porque desde que cruzaron miradas habían sentido una extraña conexión la cuál no querían romper.

Empezaron su relación a los 3 meses de conocerse, y ya iban a cumplir los 2 años juntos.

Pero las cosas entre ellos no iban igual.

Siempre habían sido muy unidos, pasaban la mayoría de su tiempo acompañándose y saliendo a muchos sitios, pero desde hace unos meses que Minho comenzó a sentirse solo, se sentía ignorado.

Su novio no lo visitaba, no lo llamaba, ni le escribía más que para cancelarle sus tardes de charla en su cafetería favorita.

Aquella dónde se enamoraron, y dónde ahora se encontraba esperándolo.

Al pelinegro le preocupaba la "crisis" que estaban teniendo, peor aún al sentir que sólo él sentía la relación de esa forma.

Ya no era capaz de soportarlo más.

Había pensado toda la noche en las palabras indicadas para acabar con todo, pero su corazón le decía que no lo haga, que le dé más tiempo y pronto volverían a ser una pareja feliz.

Sin embargo, Minho se comenzaba a cansar de ser paciente.

Se estaba lastimando a sí mismo, siguiendo atrás de Jisung y luchando él solo por una relación que ya no podía arreglarse.

Había querido convencerse durante muchos días que su amor sería más fuerte que la distancia que se había interpuesto entre ambos, pero aveces parecía que ya no sentía lo mismo por Jisung.

No quería lucir como un egoísta pero necesitaba de su atención, necesitaba de su cariño. Y nunca estaba allí.

Eran muchas las veces en las que el menor le hacía sentir que cualquier cosa era más importante que él.

#sobrio ;; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora