El taxi avanzaba por las calles de Detroit a un ritmo demasiado lento para mi gusto, mientras yo miraba por la ventanilla sintiendo el cansancio de todo el día caer sobre mí.
Unos minutos antes recibí una llamada del departamento informándome sobre un posible homicidio en un barrio situado a las afueras de la ciudad.
Como de costumbre estaba lloviendo a raudales y eso no hacía que mi estado de ánimo mejorara. Me encanta que llueva, pero preferiblemente cuando estoy en casa con una manta, café y escuchando música, no cuando voy de camino al escenario de un crimen.
En pocos minutos llegué a la calle donde se encontraba la vivienda. No era difícil de distinguir, ya que había varios coches de patrulla, bastantes periodistas y gente merodeando, como cuervos en busca de carroña.
Bajé del taxi y me hice paso hacia la propiedad. Al cruzar el cordón policial me encaminé hacia Chris. Cuando se percató de mi presencia se giró para saludarme.
—Buenas noches Meghan, creía que ya había acabado tu turno.
—Se suponía, pero al parecer mi presencia es totalmente necesaria para este caso —dije irónicamente con una sonrisa mientras observaba alrededor. —¿Se sabe algo de lo sucedido?
—No tenemos mucha información, Ben aún está dentro —explicó mirando en su tablet.
—Ya veo, ¿habéis avisado a Hank? —conociéndolo no le iba a gustar la idea de tener que dejar su vaso de whisky a medio terminar.
—Le hemos llamado pero no contesta, han enviado a alguien para buscarlo.
—No me gustaría estar en el pellejo de esa persona ahora mismo, le compadezco —reí al imaginar la situación.
—Hablando del diablo, ahí viene —me giré hacia dónde estaba fija la mirada de Chris y pude distinguir a lo lejos el coche de Hank. Al estacionar se demoró un momento en salir, parecía que había alguien más con él, pero no pude ver bien de quién se trataba. Instantes después, salió y se aproximó hacia donde estábamos.
—Hola Hank, ¿cómo estás? —le pregunté aunque ya sabía la respuesta, parecía ligeramente fastidiado.
—Fatal, gracias —contestó mientras se sacudía el pelo para retirar las gotas de lluvia.
—Veo que estás de estupendo humor hoy. —Chris rió por lo bajo al ver la cara de pocos amigos que me dirigió el teniente.
—Veo que estás muy chistosa hoy —sonrió falsamente.
En ese momento oí un poco de revuelo al otro lado del cordón policial. Un androide intentaba entrar al perímetro de la casa, pero un oficial le impedía el paso.
—¡Esto viene conmigo! —gritó Hank a mi lado.
Acto seguido dejó pasar al androide y este se nos acercó. Desde la distancia pude notar que era alto y castaño con ojos oscuros. Su rostro era pálido adornado con varias pecas. Se mostraba tranquilo mientras se dirigía a nosotros.
—¿Qué parte de "quédate en el coche" no has entendido?
—Su orden contradecía mis instrucciones —contestó el autómata colocándose en frente de mi amigo.
—¿Has comprado un androide? —le pregunté mientras miraba con curiosidad y sorpresa al recién llegado. Por lo general era bastante observadora y no recordaba haber visto un modelo igual a él antes.
—¿Qué? ¿Estás loca? Claro que no. Vino a fastidiarme al bar de Jimmy para decirme que se me había asignado un caso —habló molesto cruzándose de brazos.
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𝐀 𝐆𝐥𝐢𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐨𝐩𝐞 || 𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫 𝐱 𝐎𝐜 ||
RomanceEn el año 2038 los androides son una realidad para la vida cotidiana en Detroit. La tecnología ha avanzado a pasos agigantados y la mano de obra humana poco a poco deja de ser necesaria. Meghan es detective en el DPD junto a su compañero, el tenien...