Duele tener a una persona en el corazón, sin poder tenerla en tus brazos.
Nos encontramos en un campo que se podría visualizar por todo lados destrucción, en cielo era diferente, ya que en vez de ser el azul como normalmente se conoce, eran de color purpura; así es estamos en el inframundo y hace unos momentos se llevó a cabo una gran batalla contra el Trihexa, sin embargo, esta victoria se encontraban en total silencio, debido al sacrificio de tres de los cuatros maous, junto con el líder de la facción de los ángeles caídos, ellos decidieron sellarse junto con el Trihexa para evitar que este causa la destrucción. Nos ubicamos en una mujer hermosa de cabello plateado, ojos celestes, su nombre era Grayfia Lucifuge esposa de Sirzechs Lucifer, pero esta se encontraba llorando por la pérdida de su esposo, que fue uno de los maous que se sellaron, a pesar de su personalidad serie en el fondo amaba a su esposo, ahora ella le tocaba explicarle a su hijo que su padre no volverá por un largo tiempo.
-Yo puedo concederte un deseo-Dijo una voz misteriosa.
Grayfia buscó el origen de la voz, pero no la encontraba, ella estaba pensando que fue solo un pequeño delirio, sin embargo, la voz volvió aparecer.
-Yo puedo concederte un deseo, el deseo que más anhela tu corazón-Dijo la voz que le pertenecía a un hombre.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?-Preguntó Grayfia.
-¿Quién soy? Bueno soy una persona importante pero casi nadie me conoce, ¿Qué quiero? Eso es fácil, quiero concederte un deseo-Respondió la voz con tranquilidad, la peliplata podría asegurar que tenía una sonrisa.
-¿Cómo quieres que te creas? Si ni siquiera puedo verte, ¿Cómo sé que no es una trampa?-Interrogó Grayfia con seriedad.
La voz no respondió, Grayfia pensó que lo había descubierto, que todo era un juego de mala gana.
-Tienes razón, entonces tendré que salir, para hablar contigo mejor-Manifestó la voz.
La peliplata fijo su vista enfrente, y se asombró que estaba caminando un hombre, lo que más resaltaba era su cabello rubio, la demonia de sangre pura podría observar su imagen que eran transparente casi como un fantasma, pero con cada paso su imagen se volvía más solidad, otra que cosas que noto la peliplata, era que nadie se percataba de su presencia, ella podría verlo caminar hacia donde se encontraba, podría sentir su aura, era una poderosa pero a la vez tan tranquila, con mucha armonía. Cuando el hombre llego enfrente de Grayfia a una distancia considerable, le sonríe, y como se fuera obra de magia todos notaron su presencia, y rápidamente se posicionaron enfrente de Grayfia para protegerla.
-¿Quién eres?-Interrogó Issei.
-Cálmate niño, yo he venido porque ella requería de mi presencia-Respondo el hombre con calma señalando a la peliplta.
-¿Qué quiere con Grayfia nee?-Preguntó Rias de forma serio y un ligero tono de amenaza.
-Se ven que tienes gente preciosa que te quieren Grayfia-Dijo el hombre con una sonrisa, ignorando la pregunta realizada por Rias.
La peliplata quedó atónica por el hombre que estaba enfrente de ella, a pesar que estaba siendo observado por personas que en cualquier momento pueden atacarlo, él estaba tranquilo, Grayfia no sabía que pensar, el hombre se le presentó de una manera tan extraña y estaba dispuesto a concederle un deseo, pareciera que él la conocía de hace mucho tiempo, pero la peliplata no lo recordaba de ningún lado.
-¿Cuál es tu nombre?-Preguntó Grayfia sin apartar su vista del misterio hombre.
-Sí, disculpa no suelo hablar con los mortales muy a menudo, mi nombre es Naruto Uzumaki-Se presentó el hombre con una sonrisa.
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Un Amor Imposible
FanfictionEl amor de un individuo se hara presente, para devolvere la felicidad a la mujer que ama.