En mi vida tuve un San Valentín memorable. Recuerdo como mis amigas venían corriendo hacia mí a gritos por los pasillos de la escuela porque sus novios les habían regalado grandes cajas de chocolates con largas cartas escritas a mano y corazon dibujados a la perfeccion, expresando todo el falso amor que les tenían... muy aburridas a mi parecer. Inconscientemente, o al menos eso quiero creer, me refregaban en la cara lo que yo quería, pero no podía tener, sentía que me gritaban muy dulcemente con un tono pasivo agresivo "mira lo soltera que estás" cómo si fuera a estar así para toda la vida. Nunca fui una persona cien por ciento amorosa, nunca me gustó el concepto de amor intenso, regalar peluches gigantes, chocolates, cartitas de amor...pero en San Valentín esas cosas son prácticamente necesarias. Tan necesarias que dan bronca.
Sin embargo y remarcando mi propia hipocresía, cada vez que veía películas con un 99% de cliché en ellas no podía evitar el hecho de llorar y soñar con algún día vivir las grandes aventuras del amor genuino y joven. Lamentablemente la ficción no es la realidad, y la realidad es que me encantaría poder refregarles en la cara a mis compañeras de la secundaria el peluche exageradamente grande que me regaló mí novio, o los chocolates exageradamente caros que me compró...pero no hay peluche, no hay chocolates...y no hay novio.
14 de febrero. 9:30 a.m.
La joven muchacha se encontraba caminando a la placita verde para una pequeña reunión con sus amigos. Tenían que planear los últimos días de verano llenos de fiestas y diversión antes de que cada uno deba asistir a la escuela despidiendo así toda esperanza de seguir viviendo esas noches alocadas llenas de alcohol, besos inesperados y mucha resaca. Se colocó sus audífonos y pulso en aleatoria "Valentine de 5 Seconds Of Summer"
Julieta aveces sentía que el universo estaba en su contra, esa canción en ese momento de ese día había descrito su triste día sin un novio en San Valentín.
10:22 a.m.
- ¿A quien se le ocurrió hacer una reunión tan temprano? - Joaquín parecía un zombi.
- Thiago es el que dirige las reuniones. - Sebastián apareció detrás del recién nombrado.
- ¿A dónde estuvieron ayer ustedes dos? - dijo Emilia tomando de su botella rosada de agua.
- Fuimos al cumpleaños de una amiga del club... pasaron cosas.
- ¿Que tipo de cosas? - Emilia parecía confundida.
- Cosas que pasan cuando te drogas y tomas mucho alcohol. - Joaquín apenas podía hablar - ¿Alguien tiene una pastilla para el dolor de cabeza?
- Juli siempre tiene - Sebastián la buscaba entre sus amigos - ¿No vino todavía?
- Hablando de Roma.
Julieta saco sus auriculares. El gran grupo ya se encontraba reunido a excepción de Thiago y Federico quienes aún no llegaban.
- Juli, mi salvadora, ¿tendrás un tafirol? -joaquín alzó la mirada hacia su amiga.
- No traje mi cartera, perdón.
- Retiro lo de "Mi salvadora", por tu culpa voy a morir.
Comenzaron a hablar de las clases y a protestar el no querer asistir, sobre las fiestas que tenían para ese día, y como siempre contando chismes. En San Valentín no había muchas opciones para salir.
Julieta sentía cierta tristeza al saber que pronto tenía que volver a la escuela, pronto debía volver a estar estresada a cada segundo y a tener la presión constante de ser la mejor de la clase para mantener orgullosos a sus padres, pero sobre todo para mantenerse orgullosa de si misma. De a poco se estaba yendo la rutina de fiestas todos los días, y el estar las 24hs del dia junto a sus amigos, riendo y pasandola de diez. El saber que ya no iba a poder tener esas noches de diversión hasta que el otro verano vuelva la hacia pensar demasiado.
