Alexandra
—Antes de que te duches, mira lo que llegó a la escuela esta mañana. —Le dije a Aiden mientras le entregaba la bolsa con mi uniforme. En la escuela se había roto una matriz de agua, así que su entrenamiento había acabado temprano y habíamos podido encontrarnos media hora antes de lo habitual en su casa. Él aún se veía maravilloso con su uniforme y su cabello pegado a su frente por el sudor, y a pesar de que no lo admitiría en voz alta, sí tenía una pequeña fantasía con Aiden sudado después de un entrenamiento.
Gracias, matriz de agua rota que no le permitió bañarse en la escuela.
—No puedo esperar a verlo. ¿Lo estrenarás para mí? —Me miró con una sonrisa traviesa.
—Por supuesto. —Le devolví la sonrisa y le quité el envoltorio de las manos—. Iré a cambiarme.
—¿Irás? ¿Cuándo puedes hacerlo perfectamente en frente de mí y así puedo sacártelo más rápido?
—Esa es la exacta razón por la que tengo que cambiarme en el baño: ¡No tienes autocontrol! —exclamé justo antes de cerrar la puerta del baño.
Me puse el uniforme y me arreglé mi coleta, mirándome al espejo. Generalmente no le ponía demasiada atención a cómo lucían mis uniformes, pero este era especial, porque gracias a Ashley, ahora podía lucir el número de Aiden en él. Quizás el mundo nunca se enteraría de nuestra relación, así que esto sería lo más cerca que estaría de anunciarlo públicamente sin realmente anunciar nada.
—¿Qué tal? —pregunté al salir del baño.
La mirada de Aiden me recorrió largamente antes de responder.
—Vaya. Imagínate mi estado de concentración cuando tenga que jugar y te vea así. Cuando perdamos, sabrás que fue tu culpa.
—A pesar de que sé que tu falta de concentración en ningún caso será mi culpa, ese fue un lindo cumplido. —Me reí, un poco sonrojada.
—Oh, pero sí lo será, y me encargaré de hacerte pagar por ello.
—Antes de que pierdas lo poco que te queda de autocontrol, eso no es todo. Cuando mi uniforme llegó tenía el número incorrecto, pero resulta que por alguna extraña razón que no alcanzo a comprender, Ashley en realidad intercambió el suyo con el mío, así que ahora soy oficialmente la número 1. —Me di vuelta y le mostré la espalda de mi uniforme, con el número 1 cubriendo toda la espalda y el apellido Reed en la parte superior, en letras más pequeñas y blancas—. ¿Qué piensas? ¿Me queda bien tu número?
—Alex... creo que voy a follarte ahora mismo, con ese uniforme puesto. —Dijo y se levantó, acercándose peligrosamente hasta que estuvimos a pocos centímetros de distancia.
Miré hacia arriba, encontrándome con sus ojos grises llenos de lujuria.
—De todas formas, es un nuevo récord para tu autocontrol.
—Un récord que no pienso repetir —masculló, llevando sus manos a mi cintura.
—Y solo por si no sabías, los shorts se pueden sacar sin quitar la falda —comenté inocentemente, y solo eso bastó para que Aiden soltara un gruñido gutural y me empujara contra la pared, tirando de los shorts y mis bragas en un movimiento tan rápido que apenas si reaccioné cuando ambas cosas estuvieron en el suelo. Antes de que pudiera decir algo, me levantó y me hizo rodear su cintura con mis piernas. A pesar de que aún tenía todas las protecciones puestas con excepción de las hombreras, fue suficiente para hacerme desvariar en un gemido de placer.
—¿Cómo se supone que voy a contenerme de follarte enseguida te vea con este uniforme? —Su voz era ronca.
—Espero que el vasto público del estadio que presenciará ese acto si lo haces sea suficiente para contenerte —murmuré, perdiéndome rápidamente en una niebla de deseo inescapable.
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The wrong side of town - Parte I y II
RomanceAlexandra King es una reina; la reina de la escuela, la reina de toda la ciudad. Hija del alcalde de Sylver Valley y capitana de las porristas, se encuentra en la cima de la pirámide social, pero tiene un pequeño secreto. Está enamorada de quién no...