Parte 17: Inseguridad

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Izuku estaba ansioso.

Cada noche intentaba correr y entrenar lo suficiente para estar lo suficientemente cansado como para estar seguro de que iba a dormir sin tener los sueños que le hacían descontrolarse. Intentaba salir de la habitación del rubio con sigilo para no despertarlo.

La cosa es que Katsuki siempre se despertaba.

Y, por supuesto, lo seguía.

A veces conseguía devolverlo con él a la habitación y hablar hasta quedarse dormidos. A veces acompañaba a Izuku a su carrera nocturna. A veces entrenaban juntos en el gimnasio. 

El caso es que Kacchan nunca lo dejaba solo por la noche.

En cierto modo estaba feliz por ello. Sabía que Bakugo se preocupaba por él, y era agradable sentirse amado cuando lo demostraba, pero a veces sólo quería estar solo y sumirse en sus pensamientos.

Además parecía muy cansado. Tanto como el propio Izuku, incluso más, porque él mismo estaba preocupado por la situación pero podía ver que el rubio estaba más consternado por ello. 

Aquel día, por la noche, durmieron juntos como era su costumbre.

Bueno, Katsuki durmió, más bien. 

Midoriya no podía dormir; estaba demasiado preocupado para eso. Sus pesadillas, el One For All escapando de su control, Katsuki insistiendo en quedarse a su lado a pesar de todo, el peligro que significaba que lo hiciese...

Quería darle al menos una buena noche de descanso, sin despertarle con sus pesadillas, así que estuvo toda la noche despierto mirando al rubio mientras dormía. Tan apacible y perfecto. 

Kacchan era perfecto, ¿verdad? A sus ojos desde luego lo era.

De vez en cuando levantaba inocentemente la mano para retirarle mechones de pelo de la cara. A veces Bakugo reaccionaba moviendo la nariz como un gatito, y eso caldeó el corazón de Izuku como nada más podría haberlo hecho.

Kacchan era extremadamente guapo, pero incluso para Izuku había un límite de horas en las que simplemente mirarlo dormir era suficiente, así que miró hacia el reloj con determinación para comprobar cuánto tiempo faltaba hasta que tuviesen que levantarse y desayunar para ir a clases.

Quedaba el tiempo justo para lo que estaba por venir.

El rubio estaba tumbado boca arriba, con brazos y piernas extendidos, e Izuku iba a aprovecharlo. Kacchan merecía un premio por su arduo trabajo manteniéndolo a salvo de su poder descontrolado.

Levantó la camiseta del mayor hasta dejar su pecho descubierto, con esos malditos piercigs de acero dándole la bienvenida. Dios, le volvían loco esos malditos trastos.

Sonrió contra el cuello del chico, empezando a repartir besos y lamer la zona mientras empezaba a rozar y tocarle los pezones como sabe que le gusta.

Aunque Katsuki no se despertó, de inmediato apareció una erección entre sus piernas mientras empezaba a respirar con dificultad y los labios entreabiertos. Izuku estaba consiguiendo lo que quería.

Tampoco es que les sobrase el tiempo, así que dejó un beso en los labios de su novio antes de bajar hasta su verdadero objetivo, empezando a palmearlo por encima de la tela. Sintió cómo se estremecía cada vez que lo tocaba.

Se sentía poderoso así.

Los orgasmos y todo eso eran geniales, pero nada era tan placentero como los halagos de Kacchan, porque los orgasmos duraban poco, pero el hecho de saber que era capaz de excitar tanto a su novio, de escuchar a Katsuki decirle lo guapo, sexy y buen chico que era, lo mucho que le encantaba al rubio que actuase con seguridad... Eso era lo que le enganchaba.

BakuDeku / DekuBaku: Buen chico +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora