Capítulo 1

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México, marzo de 2003

Estoy al final de la tercera hora de clase esperando el sonido del timbre para ir al recreo y almorzar.

Me muero de hambre.

Siempre paso el receso con mis amigas, somos un grupo de cuatro y todas nos conocemos desde la infancia, somos inseparables.

Salí del aula y me encontré con mis amigas esperándome. Están muy extrañas hoy, son más amables de lo normal y me prestan mucha atención. Traman o saben algo, eso es seguro, la verdadera pregunta es ¿qué están tramando o qué saben?

Estuve dándole vueltas unos minutos y al no encontrar ninguna respuesta decidí preguntarles directamente.

- Haber, me están tratando muy raro chicas, así que quiero que me digan que es lo que pasa. — Mi voz era firme pero tranquila para que no sonara con desconfianza.

- No hay nada que ocultar. — se apresuró a responder Regina.

- Sí, no es nada. — concordó Sofía.

- Bueno si ustedes no me dicen nada... — sonreí maliciosamente y giré sobre mis talones para mirar a Ximena. Ella era, del grupo, la única incapaz de mentir bien, pues se le notaba que se ponía nerviosa y a la defensiva.

- Ximena, soy tu amiga ¿no? Y... Sabes que no me gusta que me oculten cosas, así que ¿me podrías decir lo que pasa? — Vale, he dicho esto tan bien que hasta me asusta. Me saqué eso de una serie que vi hace un par de semanas, así que he intentado imitar a la protagonista.

- Bu-bueno pues es que.... — yo ya sabía que Sofía y Regina estaban haciendo señas detrás mío para que Ximena no me dijese nada pero me daba igual — hay rumores...

- ¿Qué clase de rumores? y ¿ qué tienen que ver conmigo? — inquirí

- Pues hay rumores de que te juntas con pandilleros — supongo que no lo podría ocultar por mucho tiempo más, ya llevaba dos años evitando que la gente supiera, pero bueno. — Y además... — continuó Ximena — dicen que ellos son de "Dogs of hell".

- Bueno, sí... Es cierto que son pandilleros y que son de "Dogs of hell" pero los chicos jamás me harían daño. No me quieren ni cerca de la gente de su pandilla y me están entrenando para que me sepa defender — deje de hablar para que las chicas procesaran lo que dije.

- ¿Entonces los rumores son ciertos? — cuestionó esta vez Regina, y yo solo me limité a asentir.

Después de eso abrió la boca para volver a hablar, pero sonó la campana anunciando que debíamos volver a las clases.

Mis amigas y yo nos separamos.
Íbamos a salones distintos, Regina iba a la clase A, Ximena y Sofía iban a la clase C, y yo iba a la clase B.

¿La verdad? No nos importaba mucho estar separadas, ya que después de clase nos reuníamos e íbamos juntas a la casa de alguna a hacer la tarea de ese día.
Después hablamos sobre cotilleos, y fantaseabamos con nuestra vida de adultas.

Bueno, ese iba a ser un día normal pero... acababa de llegar la peor noticia que me podía esperar.

Justo antes de entrar a la clase la tutora me llamó, al lado suyo había una mujer y un hombre.

La mujer era un poco alta de aproximadamente 170 cm, no aparentaba más de 25, cabello lacio y castaño, recogido en un moño bajo, tenía los ojos cafés e iba vestida con una camisa blanca, una chaqueta negra y una falda negra hasta la rodilla.

Y el hombre era muy muy alto, más o menos entre los 185cm y los 190cm. Y de entre 35 a 40 años. Tenía el pelo muy corto, señal de que se lo había cortado hace poco, rubio y peinado hacia atrás. Sus ojos eran verde claro y tenía un poco de barba. Estaba vestido con un uniforme de policía.

Amor de pandilleros     [mikey x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora