Capitulo 3: ¡Ayuda!

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Mientras me seguían golpeando, escuchaba sus risas, esas malditas risas tan asquerosas que todos los días me atormentaban, esta vez no solo era las risas de Camila y sus estúpidos amigos si no las risas de todos en el pasillo, todos se estaban divirtiendo parecía que era el mejor espectáculo que podrían ver en ese momento. Estaba llena de rabia al escuchar esas risas e incluso comentarios como:

-Que estúpida eres-

-¡Este es el mejor espectáculo de bienvenida!

- Camila sabe cómo divertirse.

Probablemente a este punto se pregunten, ¿Por qué no te levantas y te vas? O ¿Porqué no los confrontas? sencillamente porque no puedo sus golpes son peores cada vez ,me cuesta trabajo moverme y el dolor ya se apodero de todo mi cuerpo pero esta vez no estoy llorando aprendí a controlar esa parte de mí, así que solo parecía un cuerpo vacío sin sentimiento tirado en el suelo lleno de algo asqueroso de color negro y probablemente mucha sangre la cual no se alcanzaba a distinguir por aquella sustancia que me habían tirado al comienzo de todo esto.

En mi mente solo podía implorar que alguien me ayudara porque sentía que no tardaría mucho en desmayarme por el dolor.

-¡Deténganse!- grito una voz que al parecer era d eun chico ya que  para este punto no podía reconocer - ¡He dicho que se detengan!, ¿Qué parte no entienden? - volvió a gritar aquella voz y eso hizo que  pararan.

-¿Quién demonios eres imbécil?- pregunto Marcus con notorio enojo en su voz; Marcus Sullivan era un hombre con mucho musculo, este era pelirrojo y alto de aproximadamente 1.82 con ojos verdes cejas semi pobladas y definidas. una nariz bien perfilada intimidantes, piel blanca y con algunas pecas, era atractivo porque tenía la cara como modelo a simple vista podrias jurar que modelaba en pasarelas de las mejores marca de moda, además su madre había sido una modeló famosa por su belleza y por si fuera poco Marcus se distinguía por su figura bastante imponente por su musculatura.

-¡Que te importa!- contesto aquella voz que aún no podía distinguir, los golpes no me dejan abrir bien los ojos para mirar de quien se trata- ¿Quién te crees que eres para tratar así a una pobre chica que no le ha hecho nada?- dijo esa voz con un tono de indignación.

-¿Y quién dice que no ha hecho nada para merecerse esto?- pregunto Michael

-¿Así? entonces dime algo ¿Qué les pudo hacer esta chica para que la traten así?- respondió esa voz.

- Fácil cariño- respondió Camila con tono relajado- Lo que hizo fue...Nacer- contestó esto con simpleza.

Camila es una chica de 1.70 de estatura ojos y cabello negro con pestañas largas, labios carnosos y definidos, un cuerpo perfecto tenía curvas, parecía una modelo internacional, su cabello era lacio y su nariz era perfecta, un poco bronceada, parecía que la había hecho los mismísimos dioses. Pero para mis los dioses del infierno porque a pesar de su cara angelical ella era un completo demonio.

Todos comenzaron a reír y mientras decía esas palabras pude lograr sentarme y abrir mis ojos un poco más y ver como todos asentían a lo que Camila había dicho y mientras asentían reían, pero también pude ver quiera era la persona que se había metido para rescatarme y no lo podía creer él era....

-Que patética eres o mejor dicho que patéticos son - dijo el chico con notoria molestia mientras los señalaba.

-Que estúpido eres- contesto Lorena con enojo- ¡NO DEBES DE METERTE EN LO QUE NO TE IMPORTA IMBÉCIL ESTE NO ES TU PROBLEMA, ¡ASÍ QUE LARGO!-grito Victoria al mismo tiempo que chasqueaba los dedos.

Mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora