ℛ𝑒𝒸𝓊𝑒𝓇𝒹𝑜𝓈 𝓂𝒶𝓁𝓉𝓇𝑒𝒸𝒽𝑜𝓈

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El frío era tan intenso y tormentoso, tan congelante como el ártico y pesado como el desierto, la sensación era destructiva, y la visión nubosa, el cielo estaba estrellado y agrietado a la vez, como si fuese a caer a la tierra, aplastándolos a todos, se resquebrajaba y la oscuridad de la noche absorbía todo a su paso

Y solo escuchaba susurros, susurros en la amplia lejanía, de alguien que no podía identificar, pero lograba escuchar que eran cálidos, preocupados, atentos.
Como si una vela comenzara a iluminar la oscuridad, una oscuridad tan pesada que podría extinguir esa hermosa vela que calentaba en aquel ambiente

No se podía permitir aquello, con todo el dolor, y su congelación, movía sus piernas en dirección de la luz, y con cada paso sus piernas se destruían y reconstruían, para destruirse una vez más, como una tortura y castigo perpetuo.
Y con cada paso más cerca, aquella luz se alejaba, su desesperación comenzaba a inundarlo completamente, hasta que logró finalmente su objetivo auto-impuesto, y logró entender aquel susurro inaudible...
Un nombre, que para él era desconocido, provenía de una voz de alguien dolido, desesperado, y todo aquel sentimiento de calidad iba desapareciendo poco a poco, y solo podía aferrarse con todo lo que le quedaba, a aquella pequeña llama que aún quedaba, era un nombre... era su nombre.

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Y finalmente la luz volvió a hacerse presente en todos lados, como si volviese a nacer, sentía la brisa per esta vez no era pesada, si no agradable, el cielo era azul y por encima de él, un sol tan hermoso y perfecto para iluminar los días, pero las sensaciones de agua cayendo sobre su cara lo impulsaron a levantarse

Una hermosa mujer de aspecto "divino" estaba frente a él, lagrimeando por el

-¡Eren gracias a Dios! -con apuro envolvió sus brazos en el, abrazándolo con todas sus fuerzas, como si no quisiera separarse nunca de él- ¡pensé que te había perdido!

Estaba completamente confundido, sentía que la conocía, sabía que la había visto antes, sabía que era importante para el... ¿pero quien era el?... ¿y quien era ella? Aquella oscuridad inundaba aún su mente, y aún peor, sus recuerdos.
La mujer se separó de él y limpió sus lágrimas de sus ojos azulados, su mirada de preocupación era genuina

-Pensé que te habías quedado dormido trabajando -su voz aún se escuchaba cortada, destruída y agotada, como si hubiese perdido a alguien que no deseara dejar de lado- pero- pero cuando te vi caer, sentí tu corazón... ya no latía, pensé- pensé que te perdería a ti también

No podía prestar atención a lo que decía ella, porque quería saber solo algo de ella, su nombre, sabía que lo conocía, más no cual era, la mirada del chico era confusa, como la de un niño perdido, separado de su madre.

Y entonces todo llegó de golpe a su mente, de manera tardía todo se había conectado en su mente, causándole un dolor agudo y punzante en su cabeza, llevando ambas manos a esta y dando un grito pesado, a la vez que la mujer sintió su corazón dolor nuevamente.
De su nariz brotaba sangre, a la vez que todo en su mente se aclaraba finalmente.

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-Alteza ¿podría decirme que estaba haciendo el joven Jeager antes de sus dolencias? -un hombre cerca de la vejez vendaba la frente del castaño, que reposaba en una camilla, a la vez que en algunos momentos hacía leves movimientos con brusquedad-

-Solo... solo me estaba ayudando en el orfanato, lo dejé descansando en un árbol mientras llevaba a los niños adentro, y cuando volví ya no se movía -Historía Reiss era aquella mujer, la reina de los muros y de la isla paraíso, sentada sobre una silla de madera y sosteniendo la mano del joven inconsciente- cuando despertó comenzó a sangrar su nariz y a gritar, es todo...

¿𝔓𝔬𝔡𝔯𝔢𝔪𝔬𝔰 𝔢𝔰𝔱𝔞𝔯 𝔧𝔲𝔫𝔱𝔬𝔰?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora